El papa Francisco recibió este miércoles a familiares de desaparecidos y víctimas de la Operación Cóndor, el plan del ex dictador Augusto Pinochet para reprimir a la oposición política en Sudamérica en las décadas de 1970 y 1980.
En la audiencia general papal estuvieron presentes Anna Milazzo Cecchi y Mena Narducci, detenidas y torturadas en Montevideo (Uruguay); Geneviéve Jeanningros, nieta de sor Leonié Duquet, asesinada en Argentina; y Cecilia Romero, sobrina del obispo Óscar Romero, asesinado en El Salvador.
También fue recibido por el papa Jeremías Levinao, detenido y torturado en Temuco (Chile), además de Margarita Maino y María Paz Venturelli, hermana e hija de Juan Bosco Maino y Omar Venturelli, respectivamente, ambos desaparecidos y asesinados en Chile.
Algunos de los que se vieron con Francisco están inmersos en el conocido como Proceso Cóndor, que juzga en Italia la desaparición y muerte de 23 ciudadanos latinoamericanos de origen italiano en el marco de la mencionada operación de represión, persecución y asesinato de activistas contrarios a las dictaduras.
En este proceso, que se encuentra actualmente en la fase de audiencia preliminar, están imputados 17 uruguayos, 12 chilenos, dos bolivianos y cuatro peruanos, todos ellos miembros de las juntas militares y servicios de seguridad de sus respectivos países entre los años 1973 y 1978, según consta en la demanda fiscal.
Todos los presentes en la audiencia general con el papa, en la que fueron colocados en primera fila, ofrecieron a su término una rueda de prensa para comentar las impresiones de un encuentro que fue posible, según dijeron, por la colaboración de las distintas embajadas ante el Vaticano de sus respectivos países.
Piden ayuda de "representantes" eclesiásticos chilenos
María Paz Venturelli, hija del dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria en Chile, afirmó que entregó al papa una carta en la que pide que los "representantes" eclesiásticos chilenos ayuden en la búsqueda del cuerpo de su padre.
"Me imagino que, como tantos, como muchos, todavía saben mucho que no contaron. Creo que es muy importante para la reconstrucción de la paz lograr la verdad y que cada uno de nosotros pueda vivir su duelo, construir su historia y dar dignidad a las víctimas. La Iglesia puede elegir quedarse mirando o dar este paso", aseveró.
Otro chileno, Jeremías Levinao, compañero de Omar Venturelli torturado en Temuco (centro) y representante del pueblo mapuche, uno de los más reprimidos por el régimen de Pinochet, pidió al papa que hiciese "algo por su pueblo, que necesita justicia".
"Verdad, justicia y paz"
Por su parte, la sobrina del obispo Óscar Romero, Cecilia Romero, afirmó que transmitió a Francisco la "inquietud" de su familia por saber cuándo será beatificado su tío, asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba misa, tal como precisó.
Según dijo, el papa le aseguró que el proceso de beatificación de Romero, que se produciría al ser considerado como mártir, "está en camino y con paciencia se hará".
Finalmente, la hermana de Juan Bosco Maino, Margarita Maino, afirmó que se presentó ante Francisco con "angustia" para que "lo que le dijera fuera muy certero y se empapara bien de ello".
"Le pedí verdad, justicia y paz. Me presenté tocando la foto de mi hermano y con un vídeo de regalo que contiene la historia de la familia y del funeral de Juan en Colonia Dignidad", dijo sobre la actual Villa Baviera, localidad fundada por inmigrantes alemanes que fue utilizada como centro de detención por Pinochet.