El papa Francisco afirmó que el cristiano que "se pavonea", que no sirve a los demás, sobre todo a quienes más lo necesitan en las fiestas navideñas, en realidad no es cristiano, sino que es un pagano.
Durante la última audiencia general del año, en la plaza de San Pedro del Vaticano, el pontífice argentino recordó que la Navidad que se aproxima es una "fiesta de confianza y esperanza", en la que hay que "reconocer en la cara de nuestro prójimo, sobre todo en los más débiles y marginados, la imagen del hijo de Dios hecho hombre".
"En Navidad, Dios se manifiesta no como alguien que está en lo alto y domina el universo, sino que se agacha, baja a la Tierra, humilde y pobre. Para ser iguales que él no tenemos que ponernos por encima de los demás, sino agacharnos, ponernos al servicio, hacernos pequeños con los pequeños y pobres con los pobres", dijo Francisco.
"Es una cosa fea cuando se ve a un cristiano que no quiere agacharse, que no quiere servir. Un cristiano que se pavonea es feo. Ése no es cristiano, es pagano. El cristiano sirve y se agacha", añadió.
El papa, quien antes de pronunciar su catequesis hizo el habitual recorrido entre los fieles por la plaza de San Pedro a bordo del jeep y bebió mate que le ofreció uno de los presentes, hizo de la Navidad el hilo argumental de su discurso.
"La Navidad es una fiesta de confianza y esperanza, que supera la incertidumbre y el pesimismo. Y la razón de nuestra esperanza es ésta: que Dios está con nosotros y Dios se fía aún de nosotros", incidió.
Ya en castellano, el pontífice, para quien tocaron unos mariachis presentes en la plaza, quiso saludar a los peregrinos de lengua española presentes en una soleada pero fría mañana en San Pedro, en particular a los llegados desde España, México, Argentina y otros países latinoamericanos.
Y dedicó también un especial saludo a la delegación del equipo de fútbol del que es seguidor, el San Lorenzo, que viajó hasta el Vaticano para ofrecerle el trofeo del Torneo Inicial argentino que acaba de ganar.