El papa Francisco mantuvo un una íntima reunión con un grupo de sacerdotes romanos, en la que repasó la labor de la iglesia y destacó su "década de tristeza".
Según consignó Clarín, el sumo pontífice vivió un complicado momento que duró hasta 1992: declaró haber vivido "el tiempo de una gran desolación, un tiempo oscuro" en el que creía que era el fin de su vida.
Además el papa afirmó que "en esa época era confesor, pero lo hacía con un espíritu de derrota (...) He rezado tanto en ese tiempo, pero estaba seco como un pedazo de madera".
Este proceso de introspección y lucha interna, el sumo pontífice lo vivió en el año 1981 cuando cumplió 45 años y se dedicaba a ser confesor, labor con la cual nunca se sintió cómodo.
En esa misma época Jorge Bergoglio debió enfrentar una crisis de vocación que -según sus palabras- enfrentó gracias a la oración en un "cara a cara con el señor, hablando, conversando, dialogando con él".
A pesar de este difícil momento, -según señaló Clarín- el papa nunca se sintió abandonado por Dios y aseguró que fue "un momento áspero pero liberador. Aquello que pasé lo he pasado, despues hay otra edad y un distinto andar hacia adelante".
Finalmente, Bergoglio logró superar su crisis vocacional y, en su carrera sacerdotal, logró asumir todos los cargos que la iglesia le puso por delante para finalmente asumir como papa en el año 2013.
