El papa Francisco aseguró que no basta con pasar la página del "drama" de los abusos a menores por parte de miembros del clero, sino que se debe buscar reparación para que las víctimas puedan curar sus heridas.
"Acabar con esto no significa simplemente pasar página, sino buscar una cura, una reparación, todo lo necesario para curar las heridas y devolverle la vida a tanta gente", dijo el papa en un encuentro privado que mantuvo con jesuitas en Dublín durante el viaje que realizó a fines de agosto a Irlanda, y cuyo contenido fue difundido hoy.
Francisco, que se reunió con más de medio centenar de jesuitas justo después de entrevistarse durante hora y media con ocho víctimas de abusos sexuales en Irlanda, calificó de "drama" estos sucesos que se están descubriendo en numerosos países, según la transcripción del encuentro publicada este jueves por la revista de los jesuitas "Civilità Católica".
"Este drama de los abusos, especialmente cuando están muy extendidos y causan gran escándalo -pensad en Chile, aquí en Irlanda o Estados Unidos- tiene detrás a una Iglesia que es elitista y clericalista, una incapacidad para estar cerca del pueblo de Dios", les dijo el pontífice.
Y agregó: "el abuso sexual no es el primero. El primer abuso es el de poder y conciencia".
El papa aseguró que le costó creer las historias que vio documentadas en los distintos informes elaborados recientemente sobre numerosos casos de abusos sexuales.
"Los acabo de escuchar ahora en la sala de al lado y estoy profundamente conmovido. Os pongo una misión especial: limpiad esto, cambiad las conciencias, no tengáis miedo de llamar a las cosas por su nombre", les pidió.
También dijo que se había quedado sorprendido y horrorizado al enterarse de que en Irlanda se habían dado casos de mujeres solteras a las que se arrebató a sus hijos. "Escuchar esto me ha tocado profundamente el corazón", señaló.
Preguntado por uno de los asistentes qué se puede hacer para luchar contra los abusos, Francisco les dijo que "tenemos que denunciar los casos que conocemos".
Precisamente hoy, el papa se reúne en el Vaticano con los responsables de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, en medio del gran escándalo creado por el informe judicial de ese país que reveló décadas de abusos sistemáticos contra menores en Pensilvania.