El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, denunció este martes una filtración de documentos, a semejanza de "Wikileaks", que buscaría desacreditar a la Iglesia Católica en su compromiso de luchar contra la pedofilia y garantizar la transparencia del funcionamiento de sus instituciones.
Lombardi aludió a la filtración de documentos vaticanos a medios de comunicación italianos sobre duros enfrentamientos entre miembros de la Curia, la preparación de un supuesto atentado contra Benedicto XVI y la gestión del IOR, el banco vaticano.
En los últimos días medios italianos publicaron diferentes documentos internos del Vaticano: el diario Il Fatto Quotidiano informó sobre un supuesto complot para acabar con el papa a finales de 2012, del cual habría hablado el cardenal de Palermo, Paolo Romeo, durante un viaje a China en noviembre de 2011.
Luego una cadena de televisión (La 7) publicó unas cartas enviadas por el actual nuncio en EE.UU. y ex secretario general del Governatorato, el arzobispo Carlo María Viganó, a Benedicto XVI en la que denunciaba la "corrupción y mala gestión" en la administración vaticana.
|
Lombardi comparó la situación que afecta al Vaticano con la que enfrentó EE:UU. frente a Wikileaks. |
"Hoy tenemos que tener todos temple, porque nadie se puede sorprender de nada. La administración americana ha tenido Wikileaks y el Vaticano tiene ahora su 'leaks', sus filtraciones de documentos, que tienden a crear confusión y desconcierto y a ofrecer una mala imagen del Vaticano y del gobierno de la Iglesia", dijo Lombardi en una nota que publicó este martes Radio Vaticano.
El prelado indicó que quien crea que con estas filtraciones desanima al papa y la renovación de la Iglesia "se equivoca y se engaña", e insistió en pedir "calma y sangre fría" y mucho uso de la razón, que -dijo- "falta en muchos medios de comunicación".
Asimismo señala que se trata de documentos de naturaleza diferente, de épocas diferentes, apuntes sobre cuestiones jurídicas y sobre cómo se considera que puede ser mejor la gestión de "Governatorato", el gobierno que gestiona el Estado de la Ciudad del Vaticano, y que es normal que existan opiniones diferentes.
Lo grave, indicó, es que si se mezclan todos se da una imagen "que crea confusión".