El exministro de Relaciones Exteriores Ignacio Walker declaró en El Primer Café de Cooperativa que la elección presidencial en Venezuela de este domingo le recuerda a Chile el 5 de octubre de 1988, día en que el dictador Augusto Pinochet perdió en las urnas: "La lección es que las dictaduras pierden elecciones", dijo.
El excanciller (expresidente de la DC, hoy independiente) aseguró que esta elección es una "fecha histórica, rodeada de un cierto dramatismo, porque es mucho lo que está en juego: está en juego es la democracia".
Walker indicó que "las encuestas indican que hay una ventaja de unos 30 puntos porcentuales, casi irremontable desde el punto de vista estadístico" en favor del candidato opositor Edmundo González Urrutia, aunque matizó con que "otra cosa es que el gobierno de Maduro vaya a reconocer este triunfo", por lo que "es importante qué va a ocurrir desde el punto de vista de la presión internacional".
En esta línea, aseguró que, aparte de Estados Unidos, "hay muchos actores claves en la región: lo que vaya a hacer el presidente Lula es muy importante, que dijo que había quedado asustado por las declaraciones de Maduro sobre el baño de sangre y la guerra civil; Petro en Colombia; López Obrador en México; el Presidente Boric en Chile".
Y reflexionó que esta elección "me recuerda esto el 5 de octubre del 88, porque la lección es que las dictaduras pierden elecciones. Esa es la luz de esperanza. Pinochet perdió una elección el 5 de octubre del 88, teniendo todo el poder. En Filipinas, en Uruguay, hay muchos casos en que los dictadores han perdido elecciones. Entonces tenemos la esperanza de que ese veredicto popular se vaya a respetar".
Por lo anterior, expresó que "más que ser optimista o pesimista, hay que incorporar la experiencia comparada. La comunidad internacional tiene un rol que jugar. ¿Cuál es el milagro aquí que se ha producido? El milagro es que la oposición se ha unido, y eso no ha ocurrido en 26 años".
"Mi dejo de esperanza es que la combinación entre movilización social, política y electoral, que es lo que hicimos en Chile durante los 15 años de Pinochet, culminando en el triunfo de No, más la presión internacional inteligente, debiera permitir que los costos de desconocer un triunfo evidente, aplastante, sean muy altos", cerró.
