En abril de 2013, Nicolás Maduro ganó la presidencia de Venezuela en una reñida elección con el opositor Henrique Capriles y desde ese momento el líder del socialismo local pudo ocupar La Casona, la mansión oficial del gobierno.
Pero ni una noche ha dormido ahí. ¿La razón? Los hijos del fallecido Hugo Chávez, mentor de Maduro.
Y es que Rosa Virginia, María Gabriela y Hugo Chávez no quieren abandonar la lujosa residencia y hasta ahora el "heredero bolivariano" no ha podido desalojarlos.
Según el diario español ABC, los hijos de Chávez "se aferran a la residencia como si fuera un legado que les ha dejado su padre y no han mostrado ninguna intención de mudarse para que la puedan ocupar Maduro y su mujer Cilia Flores, con quien se casó en junio pasado tras pasar una discreta y breve luna de miel en la Isla de Margarita".
"Las hijas de Chávez han convertido La Casona, que cuenta con una sala privada de cine y piscina, en un club de entretenimiento para sus amigos. Son ruidosas las fiestas que organizan, según cuentan los vecinos de la urbanización La Carlota y Santa Cecilia donde está ubicada la residencia presidencial", agrega el medio.
Sobre las razones, ABC afirma que fuentes cercanas apuntan al ex canciller José Vicente Rangel, quien habría aconsejado "a las hijas mantenerse en la emblemática residencia para evitar que Maduro tome posición, lo que indica que es vulnerable, débil y no controla todo el poder presidencial".
"La otra hipótesis es que María Gabriela, de 33 años, la favorita de Chávez, es el talón de Aquiles de Maduro porque sabe muchas historias de cómo fue preparado su ascenso al poder", agrega la crónica.