El Premio Nacional de Medicina Otto Dörr lanzó un enérgico e indignado reclamo contra "los grafitis que asuelan nuestras ciudades como una verdadera peste, sin que nadie controle o castigue a los responsables".
En una columna publicada en las páginas de opinión de El Mercurio, el académico de la Universidad de Chile planteó "algunas observaciones y algunos datos" para advertir sobre "la gravedad del problema que se esconde tras este pseudoarte callejero".
"Provocativa fealdad"
"Está, por un lado, el problema estético (...) Hay comunas del Gran Santiago, como Recoleta, por ejemplo, en las cuales no hay una sola construcción que no esté rayada: casas, edificios, escuelas, hospitales, cementerios, todos han sido víctimas de este vandalismo. Esta suerte de enfermedad se ha extendido por todo el país y así es como Valparaíso está peor aún que Recoleta y su suciedad está poniendo en peligro su condición de Patrimonio de la Humanidad", escribió.
"¿Con qué derecho me obligan a tener que contemplar cada día esa provocativa fealdad?", continuó.
Dörr sugirió que las autoridades dicten "algún tipo de decreto que prohíba los rayados"; no los murales.
(Foto: Universidad de Chile)
El médico aseveró luego que "está científicamente demostrado que los grafitis favorecen la conducta antisocial", y existen "experimentos" que constatan que "el atropello a las normas aumenta entre un 100% y un 200% cuando los muros de un lugar están rayados respecto de cuando no lo están". Citó, en este aspecto, estudios de "Keizer y Lindenberg, 2008; Holden, 2008; Spitzer, 2009; etcétera".
¿Ligazón con la delincuencia?
"Algunas de estas investigaciones fueron consideradas tan trascendentales que fueron publicadas por la revista Science, una de las mejores del mundo. ¿No han pensado las autoridades que este podría ser uno de los factores que explique los altísimos niveles de delincuencia en nuestro país?", planteó.
El profesional -que enfrenta un juicio ético en el Colegio Médico por si vínculo con Colonia Dignidad- cerró apuntando que, "como somos un país 'legalista', quizás bastaría con que la autoridad emitiera algún tipo de decreto que prohíba los rayados, (...) para que nuestras ciudades vuelvan a lucir su, si se quiere, modesta belleza, pero belleza al fin".
Hizo la diferencia, eso sí, con "los murales, que sí pueden representar una forma de 'arte popular'"