El ex comandante en Jefe del Ejército Juan Emilio Cheyre, que este jueves fue detenido por su responsabilidad como cómplice en el episodio La Serena de la Caravana de la Muerte, pidió mientras encabezó la institución castrense que "nunca más" se repitieran los hechos que desencadenaron el Golpe de Estado de 1973 y que se sucedieron tras aquel 11 de septiembre.
"El Ejército de Chile tomó la dura pero irreversible decisión de asumir las responsabilidades que, como institución, le cabe en todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado", escribió Cheyre en una columna publicada en La Tercera en noviembre de 2004.
El Ejército, "además, ha reconocido en reiteradas oportunidades las faltas y delitos cometidos por personal de su directa dependencia; las ha censurado, criticado públicamente y ha cooperado permanentemente con los tribunales de justicia para, en la medida de lo posible, contribuir a la verdad y a la reconciliación", añadió el ex uniformado.
Cheyre agregó que la institución "se ha condolido por los sufrimientos de las víctimas de estas violaciones, reconociendo que recibieron un tratamiento que no se condice con la doctrina permanente e histórica de la institución. Unas violaciones que no justifica y respecto de las cuales ha hecho y seguirá haciendo esfuerzos concretos para que nunca más vuelvan a repetirse".
En junio de 2003, en tanto, durante una visita a unidades militares en la Región de Antofagasta, subrayó que esperaba que en el país no exista "nunca más una crisis política que nos llevó a la división, nunca más la incapacidad para controlar esa crisis, nunca más sectores que avalaron, que indujeron al Ejercito a actuar, nunca más, de nadie, crímenes, terrorismo, violencia".
"Me refiero al nunca más una clase política que fue incapaz de controlar la crisis que culminó en septiembre de 1973. Nunca más a los sectores que nos incitaron y avalaron oficialmente nuestro actuar en la crisis que provocaron. Nunca más excesos, crímenes, violencia y terrorismo. Nunca más un sector ausente y espectador pasivo. En fin, nunca más una sociedad chilena dividida", remarcó.
"Imposición de una lógica de confrontación"
En su columna de La Tercera, Cheyre justificó que en el Ejército imperó hasta 1990 la "imposición de una lógica de confrontación, que llegó a aceptar como legítimos todos los procedimientos y medios de lucha como métodos para obtener o mantener el poder".
"Una visión que condujo a la comprensión de la política desde una perspectiva que consideraba enemigos a los que eran sólo adversarios y a la reducción del respeto a las personas, su dignidad y sus derechos", añadió.
El Ejército "actuó -en ese contexto- con la absoluta certeza que su proceder era justo y que defendía el bien común general y a la mayoría de los ciudadanos. Se podrá disentir totalmente de esta afirmación, es lícito, pero no es igualmente lícito olvidar ni la lógica de la confrontación que imperaba en ese momento ni el comportamiento consecuente que ella indujo en los chilenos de entonces", escribió.
El ex comandante en jefe enfatizó que "las violaciones a los derechos humanos, nunca y para nadie, pueden tener justificación ética. Por ello mis palabras no deben entenderse como una morigeración de lo ocurrido, sino como un esfuerzo más en la búsqueda de la verdad".