La vicepresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Mireya García, restó valor a la renuncia del general en retiro Juan Emilio Cheyre a la presidencia del consejo directivo del Servel en medio de las críticas por su rol en la entrega de un niño de dos años, hijo de padres ejecutados políticos, a un convento de monjas en La Serena, en diciembre de 1973.
"Nosotros creemos que lo que Cheyre hizo es una acción políticamente efectista, pero que, en definitiva, no tiene el sentido que Chile, que la ciudadanía espera. Lo que nosotros queremos es que Cheyre definitivamente deje el Servel", dijo García a El Diario de Cooperativa.
"El Servel, esa institución del Estado que es la base del ejercicio de la democracia de todos los chilenos, no puede estar teñido con nadie que tenga algo que ver con violaciones a los derechos humanos. Por lo tanto, lo que corresponde es que él deje definitivamente el Servel", insistió García.
En opinión dela AFDD, acciones como la renuncia a la presidencia "pueden tener mucha repercusión, pero en la práctica no significan mucho en concreto, porque seguir siendo parte de la institución indica que ésta es una renuncia extraña, en el sentido de que sólo no va a tener la vocería, la voz de esta institución, pero va a seguir siendo parte, tomando decisiones y siendo garante de los procesos electorales, democráticos".
En eso "no puede estar una persona con su historia y con sus negaciones respecto a los hechos ocurridos en el Regimiento Arica de La Serena", donde se desempeñaba en la época del golpe como asistente del comandante del regimiento, Ariosto Lapostol.
Inhabilitado moralmente
Si bien se admite que "en este caso no existe ningún antecedente que pueda imputarlo penalmente", el ex comandante en Jefe del Ejército "moralmente está imputado".
Cheyre es "un individuo que sabiendo que los padres de un niño de dos años habían sido asesinados, que este niño queda solo, abandonado, en una quebrada en el Valle del Elqui, es capaz de llevarlo a un convento de monjas y dejarlo ahí a la suerte, porque este niño pudo ser un desaparecido más si es que su familia no hubiera tenido los medios a través de los cuales logró dar con su paradero y llevarlo con ellos a Argentina".
"Yo creo que cuando una persona está inhabilitada moralmente no puede ser parte de ninguna institución democrática del Estado de Chile", señaló García, que tampoco valora que Cheyre haya accedido a un "cara a cara" en televisión con Ernesto Lejderman, el niño que entregó a la Iglesia, que hoy tiene 42 años.
"Yo creo que los cara a cara, las declaraciones, los mea culpa, si no tienen el contenido esencial de la verdad dejan de tener sentido y dejan de tener valor. Cuando lo que se hace en este cara a cara es negar absolutamente, pero absolutamente cualquier conocimiento incluso de los hechos, deja de ser un aporte", sentenció.
