La Justicia australiana rechazó este jueves una demanda de libertad provisional a Adriana Rivas, la ex agente de Augusto Pinochet requerida en Chile por secuestro agravado de siete personas hace más de cuatro décadas.
La jueza Margaret Quinn, del tribunal penal del estado de Nueva Gales del Sur, determinó que "ninguno de los factores presentados por Adriana Rivas a favor de una solicitud de libertad provisional son suficientes ni excepcionales" para que se acceda a su pedido, dijo a Efe la abogada Adriana Navarro.
"La señora Rivas permanecerá en un correccional en Sydney hasta que se vea la solicitud de extradición en su totalidad en algún momento posterior a septiembre de este año", precisó Navarro, quien representa a las familias de seis presuntas víctimas de Rivas.
Las partes implicadas en el proceso han acordado un calendario para la presentación de alegatos y el 5 de septiembre se sopesará si ya se da paso a las audiencias, que pueden durar varios días y posiblemente se celebren el próximo año.
La magistrada tenía previsto anunciar el fallo sobre la libertad condicional el 18 de junio pero lo pospuso a petición del abogado de Rivas, que alegó problemas de salud de su cliente.
La ex agente había pedido que se le concediese la libertad provisional poco después de ser detenida en Sydney el pasado febrero a raíz de una demanda de extradición de Chile.
La chilena trabajaba en la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y era mano derecha de Manuel Contreras, considerado uno de los máximos criminales de la dictadura de Pinochet, cuando ocurrieron estas violaciones a los derechos humanos que se le atribuyen.
Chile pidió la extradición de Rivas en 2014 por su participación en siete secuestros calificados como desapariciones ocurridos entre 1974 y 1977, cuando era agente de la DINA, policía política de la dictadura de Pinochet (1973-1990).
La acusada vive desde hace más de tres décadas en Australia, donde ha trabajado cuidando niños y limpiando casas. En 2006 viajó a Chile para visitar a su familia y fue arrestada, aunque logró huir nuevamente al país oceánico cuando se encontraba en libertad provisional.
Los testimonios de torturados destacan que Rivas era una persona despiadada en los interrogatorios que se realizaban en el cuartel Simón Bolívar, donde operaba la llamada Brigada Lautaro de la DINA, a la que pertenecía.
Según datos oficiales, durante la dictadura de Pinochet, unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos, mientras unos 33.000 fueron torturados y encarcelados por causas políticas.