La directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Consuelo Contreras, expuso en Cooperativa el escenario de división que hubo al interior del Consejo y que derivó en la salida, en julio pasado, de Sergio Micco del cargo que ella ostenta actualmente, y apuntó que se generó un "clima de malos entendidos".
Micco dejó la dirección del INDH el 18 de julio, tras presentar su renuncia luego de que un grupo de consejeros del organismo le exigió la salida al responsabilizarlo de la "crisis profunda" que afronta el organismo; apenas dos semanas antes de que concluyera formalmente su período.
Primero, apuntó Contreras en El Diario de Cooperativa, "Sergio Micco no fue removido de su cargo; la remoción tiene que ver con que deje de ser consejero, y él sigue siendo consejero".
Sobre el escenario de la salida de Micco como director, expuso: "Hay dos situaciones que ocurrieron: Sergio siempre dijo que cuando no contara con la confianza del Consejo iba a poner su cargo a disposición; por otra parte, la tradición es que el 1 de julio, cuando asume el nuevo Consejo, el director pone su cargo a disposición porque nos parece que el nuevo Consejo debe elegir al nuevo director".
En ese marco, recordó Contreras, "yo conversé con él en privado y le dije que era sano para el Instituto que él hiciera lo mismo, pero no quiso; y la mayoría del nuevo Consejo -ella incluida- le pidió la renuncia, por una carta privada que él hizo pública ese mismo día, y una semana después presentó su renuncia indeclinable".
Pero reprochó que públicamente "se generó un clima de malos entendidos", ya que "él podría no haber renunciado, nadie le puso la pistola al pecho para que se fuera, pero lo hizo ante la carta", a la vez que defendió que el grupo de consejeros que le solicitó la salida del cargo hizo "un punto político".
En otra arista, Contreras cuestionó la querella de la Comisión Chilena de Derechos Humanos contra Micco, al que acusa de haber encubierto -en su rol como director del INDH- delitos de lesa humanidad en el marco del estallido social, acción penal que ha recibido en público el respaldo de las diputadas comunistas Carmen Hertz y Lorena Pizarro.
"No es un tema que se haya tocado en el Consejo, pero no estoy de acuerdo. Muchas veces hemos planteado la importancia de que los defensores y defensoras de DD. HH. deben tener cierta inmunidad y protección para que se puedan expresar autónomamente, porque uno siempre se gana 'enemigos' en ese cargo, que viene aparejado de situaciones complejas", sostuvo la hoy jefa del Instituto.
AUTOCRÍTICA POR "DIVISIÓN" EN EL CONSEJO DEL INDH
Contreras también expresó una "autocrítica" respecto a la situación dentro del Consejo del INDH, que "se dividió al igual como se dividió el país tras el estallido social".
"Las discusiones en el Consejo reflejaron esa división. Ninguno de nosotros tiene problemas personales, pero sí hay una división política y de visiones muy fuerte, y hay que recomponerlo. Todos tenemos que trabajar por la protección de los derechos humanos en el país y un Consejo dividido no sirve para eso", advirtió.
SI SENADO NO REPONE PRESUPUESTO "SE ROMPE UN CONSENSO BÁSICO SOBRE DDHH"
La directora del INDH lamentó además el rechazo en la Cámara de Diputadas y Diputados -con votos de la derecha y la Democracia Cristiana- a la partida del Instituto contenida en el Presupuesto 2023, que asciende a casi 15 mil millones de pesos; y que de no reponerse en el Senado, el organismo no tendrá dinero para funcionar el próximo año.
Contreras fustigó que "los argumentos para rechazar nuestro presupuesto son lamentables porque denotan un desconocimiento de cómo trabaja y quiénes componen el Instituto", enfatizando que "en el Consejo se expresa la variedad de pensamientos políticos, ideológicos y distintos acercamientos a los derechos humanos".
"Como institución pública rendimos cuentas y nuestros recursos son fiscalizados mensualmente por la Contraloría General de la República, por lo tanto, hay absoluta transparencia", subrayó también.
En ese contexto, planteó que, "de no reponerse el presupuesto en el Senado, se rompe un consenso político básico", ya que "en Chile se violaron los DD. HH. y lo importante es que esos hechos sean reconocidos y se mantengan en la memoria para la no repetición".
"No reconocer que en Chile se torturó, que hubo desaparición forzada y ejecuciones sumarias (en la dictadura de Pinochet), denota un avance del negacionismo, que es muy grave", sentenció.