Un texto fechado en 1976 da cuenta de la instrucción institucionalizada para los represores.
Les enseña abiertamente a "vulnerar la ley" sin dejar pruebas y actuar para infiltrar a la oposición.
En la portada del documento aparece un puño metálico, símbolo de la Dirección de Inteligencia Nacional.
Un manual de "Operaciones Secretas" de la Dirección de Inteligencia Nacional fechado en 1976 enseñaba a los agentes de la dictadura abiertamente a "vulnerar la ley" y "tomar medidas drásticas" cuando fuera necesario.
El documento, que detalla este miércoles por el periodista Mauricio Weibel en The Clinic, está dividido en 13 lecciones, tiene 108 páginas y abarca temas como "misiones secretas", "redes de espionaje", "comunicaciones clandestinas" y "elaboración de informes", entre otros.
Explica a los agentes de la DINA que en sus actuaciones "se debe aprovechar la ventaja de que la gente piensa que la ley no será vulnerada".
"Esta creencia nos da la ventaja de vulnerarla", señala el instructivo, que se utilizó de manera regular en cursos regulares de inteligencia dirigidos a suboficiales, tenientes, capitanes y coroneles, de acuerdo a la publicación.
El manual advierte también a que los agentes no deben dejar rastros cuando transgredan las leyes, para así evitar "el comprometimiento del Estado y sus autoridades".
El texto alude al accionar internacional de la DINA, al definir que una "misión" es "todo tipo de operaciones de Inteligencia, en el país y el extranjero, mediante maniobras ocultas y clandestinas".
Infiltrar a la oposición
Señala, además, la importancia de infiltrar con chantajes y pagos a informantes los partidos opositores -desde liberales de derecha hasta sectores marxistas-, en un "trabajo de Inteligencia (...) dirigido a detectar y neutralizar a los conspiradores".
Subraya que estas operaciones deben privilegiar a "personas educadas y honorables", porque son más fáciles de extorsionar con posterioridad.
"Operaciones Secretas" llama a los agentes a vigilar a inmigrantes y embajadas, e indica que deben capacitarse en allanamientos, grafología y fotografía.
Respecto al problema de los interrogatorios explica cómo los represores deben chequear la información obtenida a través de infiltrados en la oposición, apuntando que "las técnicas, como en cualquier interrogatorio, varían de acuerdo con las personalidades del agente secreto y el informante".
Revisa acá el documento secreto de la DINA:
