La senadora DC salió al paso de la ofensiva oficialista y explicó por qué sí son considerados.
Fulvio Rossi dijo, en tanto, que el PS sí tenía miles de funcionarios que con el golpe perdieron su trabajo.
Se trata de "instalar" que los exonerados son "unos mafiosos que defraudaron al Fisco", criticó la legisladora.
Los senadores concertacionistas Ximena Rincón (DC) y Fulvio Rossi (PS) salieron a hacer frente a la arremetida mediática y judicial del oficialismo a raíz del llamado caso exonerados.
Frente a los dichos de parlamentarios y dirigentes aliancistas que han calificado como "escandaloso" que entre los beneficiarios por pensiones de exonerados haya personas que al momento del golpe eran niños o que haya miles de trabajadores de un partido político beneficiados, los legisladores llamaron a poner las cosas en su contexto histórico.
"El Partido Socialista era uno de los partidos más grandes, porque era el partido de Salvador Allende. Yo no sé el número exacto de funcionarios, pero eran hartos funcionarios", dijo Rossi.
"En ese tiempo –hay que recordar- había oficinas en todo Chile de Partido Socialista, así que perfectamente podía tener ese número", añadió el senador.
Más dura fue Ximena Rincón: "Los asentamientos agrícolas estaban conformados, entre otros, por trabajadores que tenían 14 ó 15 años. A algunas de esas personas se las hizo desaparecer, a otras se las despidió. Esos niños son personas que fueron exoneradas", dijo.
"No nos comamos todos el saco, si aquí lo que se está tratando de hacer es instalar la idea de que aquí hay unos señores mafiosos que defraudaron al Fisco porque son malos. Eso es lo que ha dicho la ministra Matthei y eso yo no se lo acepto a la ministra", criticó la senadora por el Maule.
"Fábrica de pensiones"
El día lunes la titular del Trabajo afirmó desde La Moneda que el programa de pensiones para exonerados había sido "diseñado para defraudar" al Estado.
Rincón consideró que esto es "un insulto" para los exonerados, por lo cual llamó al Presidente Piñera a manifestar si los dichos de la secretaria de Estado representan o no al Gobierno, y si no es así a pedirle la renuncia.
La ministra, en todo caso, no se ha desdicho de sus palabras; más bien ha profundizado en ellas.
"Yo voté a favor de las dos primeras leyes de exonerados porque creía que realmente era algo necesario: habían sufrido, necesitaban algún reconocimiento y alguna ayuda también. Sin embargo, respecto de la tercera ley de exonerados, en mayo de 2003 yo señalé en el Senado –y me acuerdo de que me costó muchas pifias-: 'Pienso que esto se va a transformar en una verdadera fábrica de pensiones. Hay gente que se dedica a conseguirlas según la ley vigente y que cobra por ello'", leyó Matthei ayer ante la prensa.
"Lo que estoy diciendo ahora no es ninguna novedad", sentenció.
