El director de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, afirmó este lunes en Cooperativa que la ley de control de identidad "es una fuente de abusos", luego de la muerte de un malabarista callejero a manos de un carabinero en medio de dicho procedimiento en la ciudad sureña de Panguipulli.
El deceso del joven, identificado como Francisco Martínez, de 27 años, quien el viernes por la tarde recibió múltiples disparos por parte del sargento segundo Juan Guillermo González en plena vía pública, reabrió el debate sobre el control de identidad. A principios de este año, un grupo de diputados ingresó al Congreso un proyecto para derogarla, junto a la Ley de Seguridad del Estado y la Ley Antibarricadas.
Los hechos, además, reavivaron las críticas hacia Carabineros y las demandas para refundar el cuerpo policial, acusado de violaciones a los derechos humanos durante la crisis social de 2019.
"Que un procedimiento -que lamentablemente en Chile es rutinario y que afecta especialmente a los sectores populares como es el control de identidad, que da lugar a una serie de abusos- termine con la muerte de la persona que se resiste al control es realmente un buen ejemplo de un total fiasco por parte de la policía", "es absolutamente inadmisible" y es, "per se, una muestra de incompetencia", señaló Vivanco en diálogo con Lo Que Queda del Día.
El director de HRW recordó que "en el informe que dimos a conocer en noviembre de 2019, cuando fuimos a examinar la conducta de Carabineros en el control del orden público en las protestas de octubre y noviembre, le destinamos una sección al control de identidad y lo criticamos, y lo criticamos porque nos parece que es una fuente de abusos, que le da el pretexto a los carabineros para previar de la libertad a una persona sin una justificación clara: ahí no hay un delito flagrante ni investigación de ninguna naturaleza".
Apuntó que dicho procedimiento "está basado esencialmente en los prejuicios de los agentes policiales en Chile, en función de la vestimenta, la apariencia, el lugar y el horario en el que se encuentra la persona. Eso me parece que es un grave error".
"Son millones los chilenos y chilenas que son sujetos de ese control, que les permite a los carabineros, además, mantener a una persona privada de la libertad por hasta ocho horas, aunque en la práctica es un tiempo mayor, sin que exista un control interno ni externo por parte del Ministerio Público", añadió el director de HRW.
Y agregó que en el mundo este tipo de herramientas "está altamente desprestigiado": "En Europa, por ejemplo, esto no está permitido porque se presta para actividades policiales que promueven el racismo, algo que en Estados Unidos está más que probado", expuso.
En tanto, el Presidente Sebastián Piñera esta jornada respaldó a Carabineros y defendió el control de identidad por ser un "instrumento legal, útil y necesario", además de entregar las condolencias a la familia del artista callejero.
CRISIS MIGRATORIA
Por otra parte, el director de la División de las Américas de Human Rights Watch también abordó la crisis migratoria que viven desde hace unas semanas algunas localidades del norte del país, en el límite con Bolivia.
La pequeña comuna de Colchane, la más cercana a la frontera, e Iquique, la ciudad más próxima, han experimentado en las últimas semanas una ola de migración irregular que provocó que las autoridades locales exigieran una intervención "urgente" del Gobierno.
La entrada de más de un millar de extranjeros -en su mayoría venezolanos- en menos de siete días generó un clima de tensión con desabastecimientos, enfrentamientos entre autoridades y grupos de migrantes, además del colapso del sistema sanitario por Covid-19 que obligó a instalar campamentos para mantenerlos en cuarentena preventiva.
Al respecto, Vivanco urgió al Gobierno a "destinar los recursos de emergencia necesarios para enfrentar lo que aparentemente es una crisis del tipo humanitario".
"Una cuestión distinta —agregó— es la pregunta de si puede Chile controlar sus fronteras y si tiene la legitimidad para controlar sus fronteras. Por supuesto que sí: todos los países lo hacen y no existe el concepto de un país soberano con fronteras abiertas, donde uno puede entrar y salir siendo extranjero. El país tiene derecho a tener una política migratoria. Ese control no sólo es necesario sino que es perfectamente legítimo".
Sin embargo, advirtió que ese control "no se puede confundir, de ninguna manera, con una política que pretenda sostener que todos los que vienen y que van a ingresar por el norte, y que en su gran mayoría venezolanos, son una manga de bandidos o delincuentes, que no hay que permitirles el ingreso o que hay que blindar la frontera".
A juicio de Vivanco, "lo que tiene que generar Chile es un sistema -que no es fácil de armar- que le permita diferenciar entre aquellos que tienen un legítimo reclamo o fundamento para exigirle al país refugio. Hay muchos de ellos que los tienen y Chile está obligado a abrirles sus puertas y apoyar a aquellas familias que tengan fundamentos".