Cadáver decapitado de uruguaya fue hallado en el norte
Un soldado encontró los restos de Mónica Benaroyo, cerca de Arica.
Se trata de una víctima de la dictadura, no listada por el Informe Rettig.
Un soldado encontró los restos de Mónica Benaroyo, cerca de Arica.
Se trata de una víctima de la dictadura, no listada por el Informe Rettig.
El cadáver decapitado de una ciudadana uruguaya, presuntamente asesinada en 1973 por agentes de la dictadura de Augusto Pinochet, fue encontrado en un campo de entrenamiento del Ejército, confirmaron fuentes ligadas al caso, las que detallaron que los restos fueron exhumados el pasado lunes por la Brigada de Homicidios de Investigaciones y corresponden a Mónica Cristina Benaroyo Pencu, de origen rumano.
Sus huellas fueron enviadas a Santiago, donde se compararon con las del Banco de Identidad del Registro Civil, estableciendo su identidad mediante un sistema de hidratación de la yema de los dedos.
La Policía de Investigaciones informó oficialmente este viernes al Gobierno de la identidad de esta presunta víctima de la dictadura, quien no figura en las listas del Informe Rettig de 1991.
El cadáver fue encontrado la semana pasada por un soldado durante una jornada de prácticas en la Pampa Chaca, cerca de Arica, y entre sus ropas que aún se conservan se encontró una cajetilla de cigarrillos marca Hilton, que se fabricaba en Chile a fines de la década de 1960, en la que aparece su precio: 10 escudos, moneda que duró 14 años, desde 1960 hasta 1974.
El levantamiento de los restos, que presentaban características de momificación debido a la sequedad del norte, se realizó por instrucción de un fiscal militar de Arica.
¿Quién es la víctima?
Según archivos de organizaciones de derechos humanos, Mónica Cristina Benaroyo Pencu fue detenida por militares en septiembre de 1973 y hasta ahora se desconocía su paradero.
La víctima trabajaba para la Municipalidad de Arica, era licenciada en Filosofía y dominaba a la perfección varios idiomas, entre ellos el francés, el rumano y el persa, y antes de llegar a Chile había trabajado como traductora en la empresa Italcable, de Buenos Aires.