"Teníamos que castigar a los que hacían protestas, a los que estaban en contra del Gobierno en esa época".
Así explica el ex conscripto del Ejército Fernando Guzmán Espíndola la motivación del macabro ataque que perpetró una patrulla militar en julio de 1986 contra Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas De Negri, quienes fueron quemados vivos en el que se transformó uno de los crímenes más emblemáticos de la dictadura.
El testimonio de Guzmán ante el juez Mario Carroza (ver archivo adjunto) permitió que se dictaran siete órdenes de detención contra militares en retiro por su presunta participación en el asesinato de Rojas De Negri y en las graves lesiones de Quintana.
Guzmán decidió romper un pacto de silencio de casi 30 años ante el magistrado y entregó detalles -como integrante de la patrulla militar que interceptó a los jóvenes- de lo que ocurrió en esa trágica jornada del 2 de julio de 1986 en el sector de la población Nogales, en Estación Central.
Las órdenes de detención fueron dirigidas en contra de Luis Zúñiga, Francisco Vásquez, Sergio Hernández, Julio Castañen, Iván Figueroa, Nelson Medina y Jorge Astengo.
Cinco de ellos ya fueron trasladados en una van desde el cuartel de la PDI ubicado en calle Condell hasta el despacho del juez Mario Carroza y se espera que sean interrogados durante esta mañana por el magistrado. Los otros dos ex uniformados que restan por detener se encontrarían en Valdivia y Punta Arenas.
"Teníamos que castigar a los que hacían protestas, a los que estaban en contra del Gobierno en esa época", explicó Guzmán en declaraciones a Chilevisión Noticias.
Tras el ataque "Rodrigo (Rojas) no alcanzó a hacer nada, cuando se terminaron de apagar todavía humeaban", recordó.
Luego "(Julio) Castañen se acerca a Fernández Dittus y le dice: 'Matémoslos, es la única solución que tenemos, porque esto nos va a traer consecuencias'", añadió.
El ex conscripto aprovechó de enviarle además, a través de la televisión, un mensaje a una de las víctimas: "A la Carmen (Quintana) pedirle perdón, decirle que me faltó coraje".
Critican rol del Ejército
El abogado Héctor Salazar, quien representó ante la Justicia Militar a ambas víctimas, afirma tras los sucesos de las últimas horas que el Ejército colaboró en mantener el caso en la impunidad.
"Todos los soldados conscriptos que en esa época eran jóvenes que hacían el servicio militar. Una vez ocurridos estos hechos fueron contratados como funcionarios del Ejército para mantenerlos bajo control, y así lograron que se mantuvieran dentro del marco de la versión falsa que habían elaborado para procesar el asunto en la justicia militar", explica.
En esa línea, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, valoró que se quebrara luego de tres décadas el pacto de silencio de los ex militares.
"Eso no deja de ser importante y relevante, que los violadores de derechos humanos cuando rompen el pacto de silencio, lo que se logra establecer es la verdad", subrayó.
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