Garzón y arresto de Pinochet: "No hacerlo hubiera sido una traición a las víctimas"

Publicado:
| Periodista Digital: EFE

Se cumplen 25 años de que la Cámara de los Lores del Reino Unido dictaminara que el dictador no se beneficiaba de la inmunidad por los crímenes cometidos bajo su mandato.

"Fue un proceso muy complejo; cada etapa tenía que ser impecablemente fundada para evitar que los amigos del dictador, numerosos en el Gobierno español, se hicieran con el asunto", aseguró.

Garzón y arresto de Pinochet:
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El exjuez español Baltasar Garzón rememoró la orden de arresto que emitió en 1998 contra el dictador Augusto Pinochet, cuando este se encontraba en Londres, y aseguró que, con aquella intervención, "el Derecho penal internacional cambió" y no hacerlo habría sido "una traición a las víctimas".

La web del diario Le Figaro publicó este sábado una entrevista con Garzón cuando se cumplen justo 25 años de que la Cámara de los Lores del Reino Unido dictaminara que un antiguo jefe de Estado, en ese caso Pinochet, no se beneficiaba de la inmunidad por los crímenes cometidos bajo su mandato.

"Fue un proceso muy complejo y muchos factores jugaban contra mí. Cada etapa tenía que ser impecablemente fundada en derecho para evitar que los amigos del dictador, numerosos y bien asentados en el Gobierno español, se hicieran con el asunto", aseguró el exmagistrado.

"Sin que yo lo quisiera, el Derecho penal internacional cambió" tras el arresto del dictador en Londres, el 16 de octubre de 1998, agregó el jurista, que recuerda que contribuyó "a consolidar la justicia internacional como un actor indispensable de la lucha contra la impunidad".

"Cualquier otra opción habría sido una traición a las víctimas", argumentó.

"La principal consecuencia fue la convicción de que la competencia (jurisdiccional) universal era posible y que ningún autor de crímenes contra la humanidad estaba protegido por las leyes nacionales", señaló Garzón.

Pero también dio lugar a reformas legales en algunos países, como en España, para hacer "prácticamente imposible juzgar crímenes contra la humanidad".

Garzón recordó el pulso que mantuvo con el ministro español de Exteriores de la época, el conservador Abel Matutes, que apoyaba el regreso de Pinochet a Chile por su delicado estado de salud, y al que acusó de "injerencia".

Finalmente, el 2 de marzo de 2000 el ministro británico Jack Straw denegó la extradición de Pinochet a España y le concedió la libertad.

El exjuez consideró que los informes médicos que sustentaban el mal estado del dictador eran "incoherentes" y recordó que subió al avión de regreso a Chile en silla de ruedas y bajó "con una movilidad total y una apariencia muy sana".

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