La PDI logró la detención del ex agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) Demóstenes Cárdenas Saavedra, condenado por su participación en la denominada "Operación Colombo" y que se mantenía prófugo de la justicia hace más de dos años.
Tenía orden de aprehensión vigente por los delitos de secuestro y homicidio calificado decretada por el ministro en visita Mario Carroza.
Al ex empleado civil de la Fuerza Aérea (FACh) se le sindica como participante de centros de tortura como Londres 38 y Villa Grimaldi.
Fue ubicado por la Brigada de Ubicación de Personas de la PDI, en la comuna de Padre Hurtado.
"Es un ex funcionario de la DINA, el cual se encontraba prófugo desde 2016 cuando salió su sentencia condenatoria por los delitos de homicidio y secuestro calificado", explicó el comisario Manuel Fuentes.
"Él participó en la Operación Colombo. Aproximadamente cuatro meses atrás la Brigada de Ubicación de Personas de la PDI recibió el requerimiento de la orden de aprehensión, en contra de Demóstenes Cárdenas", aseguró.
Además agregó que "se hizo un trabajo de inteligencia y análisis y pudimos culminar esa diligencia con éxito cuando logramos interceptarlo en la comuna de Padre Hurtado", detalló.
"Desde el año 2016, que fue notificado de su sentencia, él cambió su aparecencia física. Tenía cuatro órdenes de detención pendientes en total y estaba en conocimiento que estaba siendo buscado", agregó.
"Era una de las personas que la PDI en su minuto, lo calificó en su momento como la persona más buscada", aseguró Fuentes.
Cárdenas fue condenado por su responsabilidad en los casos del pintor Stalin Aguilera, y los secuestros de Bernardo Castro, Modesto Espinoza y Roberto Aranda.
Pese a todo, el ex agente de la DINA, alegó que es "inocente de todos los cargos".
En julio de 1975, apareció un listado de 119 chilenos fallecidos en el extranjero, en supuestos enfrentamientos con fuerzas de seguridad o por rencillas entre ellos mismos.
Los nombres corresponden a las víctimas de la Operación Colombo, un montaje de la dictadura de Pinochet para encubrir sus desapariciones.
La acción contó con la colaboración de las dictaduras militares de Argentina y Brasil, donde se publicaron ediciones únicas de dos periódicos, Lea y Novo O Día, en los que se afirmaba que las víctimas murieron en luchas entre facciones internas del MIR.
La información fue replicada en Chile por diarios como La Segunda. A este episodio de encubrimiento del crimen masivo corresponde la famosa portada "Exterminados como ratones".