Emociones encontradas.
Eso fue lo que provocó a Lorena Pizarro, presidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, y a Alicia Lira, timonel de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, el deceso de Manuel Contreras, el ex jefe de la DINA, la policía secreta del dictador Augusto Pinochet.
"Cuando mueren estos sujetos vuelven a la memoria lo que simbolizan y lo que significan para el país", señaló Pizarro y dijo que le busca en su mente la forma en que se pueda garantizar que sujetos como Contreras y Pinochet "no se repitan en la historia del país".
La dirigenta enfatizó que si bien el ex jefe de la DINA fue condenado por algunos de sus crímenes, su pena "la hizo en una cárcel especial, no en una común", con muchos beneficios y en la que el ex oficial decía que "mandaba".
En esa línea, Pizarro recordó que el represor falleció en el Hospital Militar y no en la unidad de salud de la penitenciaria de Santiago, como lo haría un preso común.
Por ello la líder de la AFDD expresó que se debe avanzar en la degradación de los militares violadores de DD.HH, incluidos aquellos ya fallecidos.
"Esos no pueden quedar como generales en retiro y no como los verdaderos criminales que son", fustigó y llamó a poner fin a los privilegios para los condenados por delitos de lesa humanidad, incluyendo en esto el cierre del penal de Punta Peuco.
"Hoy día ocurre que Manuel Contreras significa el reflejo de esa impunidad ideológica, de esa impunidad que significó el envejecimiento de estos criminales y la impunidad que rodeaba a varios de ellos", recalcó la mujer.
Para Pizarro, que se cierre el Punta Peuco "no tiene que ver con algo antojadizo, tiene que ver con lo que corresponde en un país que construye un proceso democrático".
"El símbolo más siniestro" murió sin ser degradado
"Es una emoción encontrada, se nos viene a golpe a la memoria los recuerdos de todas aquellas preciosas vidas, hombres y mujeres, que fueron torturadas a través de Manuel Contreras por la DINA", señaló Alicia Lira, timonel de la agrupación de ejecutados políticos.
Lira lamentó "que muera sin haber logrado nuestra exigencia, nuestra demanda, nuestra necesidad como país, de que fuera degradado. Se hizo oídos sordos de parte del Gobierno o del Ejército de acuerdo a su reglamento militar".
Contreras es "el símbolo más siniestro que tiene que ver con la política del terror, con la cultura de la muerte durante 17 años", manifestó la líder de la AFEP.
La dirigente rememoró que al ex jefe de la Polícia secreta de Pinochet "se le permitió por muchos años acuartelarse, burlar la justicia porque el poder lo seguía manteniendo y por las debilidades de los gobiernos de no mostrar el personaje funesto que fue".
"Nosotros queríamos que viviera muchos años" para cumplir su condena, detalló Lira y manifestó su pesar porque el coronel (r) "se lleva mucha información con su muerte, que jamás quiso entregar, y que revindicó los asesinatos y las torturas que se hicieron en el país".
"Esperamos que con esta muerte, con esta señal de impunidad en términos de pacto de silencio, el Gobierno tome la medida- como se le ha exigido, como se le ha pedido como una democracia real- y cierre el penal de Punta Peuco", solicitó la mujer.
Una petición a la que Lira agregó, con urgencia, una norma que permita la "degradación de los militares condenados por DD.HH.".