"El Estado nos arrebata a nuestros familiares y el propio Estado empieza a dar beneficios" a culpables, señaló.
Lorena Pizarro sostuvo que en Chile "es fácil torturar, degollar y hacer desaparecer gente".
Manuel Guerrero, hijo de una de las víctimas del caso "degollados", criticó que dos de los condenados en este caso obtuvieran el beneficio de salida dominical de parte de Gendarmería, tras cumplir 20 años de condena por los crímenes José Manuel Parada, Manuel Guerrero y Santiago Nattino, en 1985.
El coronel (r) Guillermo González Betancourt y el sargento (r) José Fuentes Castro, condenados a cadena perpetua simple, fueron beneficiados por el consejo técnico de Gendarmería, lo que para Guerrero es una bofetada no solo para las familias de los fallecidos, sino que involucra a todas las víctimas de la dictadura.
"El Estado primero nos arrebata a través de sus funcionarios a nuestros familiares y ahora el propio Estado borra la sentencia y empieza a darles beneficios, esto es volver a abrir todo, volver a fojas cero", señaló.
"Nos parece que esta es una bofetada no solo a los familiares, sino que a las propias víctimas de cientos y cientos de familias que veían en este caso una luz de esperanza que alguna se pudiera alcanzar justicia en Chile", recalcó Manuel Guerrero.
Guerrero además recordó las palabras del Presidente Sebastián Piñera de condenar a los violadores de derechos humanos y lo emplazó a cumplir con su compromiso.
Lorena Pizarro: Es fácil torturar en ChileEn tanto, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Lorena Pizarro, dijo que es fácil torturar y matar a quienes piensan diferente, además de cuestionar los castigos que otorga la Justicia.
"A los pocos condenados por crímenes de lesa humanidad se les lleva a cárceles especiales donde no tenemos la certeza de que estén cumpliendo condena, pero además al poco tiempo o se les indulta o se les da salida dominical", afirmó.
Pizarro subrayó que "la señal que se está dando es que en Chile uno puede torturar, quemar vivo, degollar, hacer desaparecer al que piensa distinto, te vas a una cárcel especial y al poco tiempo se busca cualquier mentira, cualquier subterfugio para condenarlos por un delito común, para rebajarle las penas y finalmente que queden en libertad".
Estos beneficios se suman a los que ya obtuvieron Emilio Neira, ex agente de la CNI, César Palma y Otto Trujillo.
