Durante la madrugada de este miércoles falleció en el Hospital Militar el ex fiscal militar Fernando Torres Silva, quien había sido indultado por el Gobierno hace unos días, beneficio que no alcanzó a hacer efectivo.
El Presidente Sebastián Piñera otorgó el indulto por razones humanitarias a Torres Silva, de 81 años y que cumplía una condena de 10 años de cárcel por el delito de asociación ilícita en el caso de secuestro y homicidio del ex químico de la DINA Eugenio Berríos.
A su vez, según publicó El Mercurio, el viernes pasado el ministro Alejandro Madrid resolvió que Torres debía pasar los cuatro años restantes de su condena en reclusión domiciliaria bajo el resguardo de Gendarmería, resolución que quedó sin efecto con esta decisión del Gobierno.
Torres había sido diagnosticado en 2015 con cáncer a la próstata con metástasis a los huesos, además de padecer hipertensión arterial y síndrome anémico, entre otras enfermedades, razón por la que hace unas semanas se agravó su condición, siendo derivado al Hospital Militar en estado grave.
De acuerdo a los informes médicos, "la condición actual permite inferir que se encuentra en un proceso que, en un plazo breve, debería conducir a su fallecimiento en consideración de la importante diseminación metástica del tumor y la alta probabilidad de presentar algún proceso de comorbilidad secundario a su postración".
Sobre el indulto, el texto firmado por el ministro de Justicia y DDHH, Hernán Larraín, indica que "la autoridad administrativa no puede sino apreciar o ponderar los antecedentes de salud en términos o desde una perspectiva humanitaria, al tratarse a este respecto y circunstancias de una persona que padece de una enfermedad en fase terminal, con un notorio y desarrollado menoscabo físico de naturaleza irreparable, además de poseer el peticionario en comento una avanzada edad".
"¿El (hombre) más oscuro? No sé, pero no deja de ser interesante", dijo el propio Torres Silva una vez, en una entrevista en TVN, sobre ese calificativo.
El senador UDI Iván Moreira manifestó que "por más oscuro que se pueda catalogar a una persona, existen los derechos humanos universales y esos derechos humanos universales le garantizan una muerte digna a cualquier persona. El Gobierno siempre ha tenido temor a dar indultos porque la izquierda se va encima del gobierno".
"Obviamente se valora el indulto, pero debiera haber sido antes que él muriera en el hospital", aseguró.
El ministro Larraín no quiso referirse hoy al indulto ni a la muerte, mientras que su par de Interior, Rodrigo Delgado, escuetamente dijo que para ello "se pone a la vista ciertos antecedentes que tienen que ver con razones humanitarias o de salud, como en este caso, y no solo en este Gobierno, sino en muchos otros, se han tenido a la vista antecedentes como aquellos y tienen estricto apego a razones humanitarias, en este caso, enfermedad terminal; hay muchos ejemplos al respecto".
"DEBIÓ MORIR EN LA CÁRCEL"
Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), sostuvo que "Fernando Torres Silva permitía, ante sus ojos, la tortura de presos y presas políticas", por lo que él, "un criminal de lesa humanidad, como ha ocurrido alrededor del mundo, debió morir en cárcel común por la magnitud de los crímenes cometidos".
"Cuando se esgrimen razones humanitarias para liberarlo, quienes no estamos de acuerdo con esas decisiones de impunidad terminamos siendo los inhumanos, quienes perseguimos a pobres ancianos con enfermedades terminales y eso en una sociedad es muy perverso", dijo.
Torres Silva también había sido procesado como encubridor del asesinato del líder sindical Tucapel Jiménez.
Su hijo, el diputado Tucapel Jiménez (PPD), recordó que el fiscal militar fue "una persona que causó tanto daño, mucho dolor a muchas familias chilenas, que postergó anhelos de justicia con todas esas gestiones turbias que hacía en los tribunales".
"Y una vez más -lamentó- vemos que se va sin esa mínima cuota de arrepentimiento, de no haber cooperado con la justicia, de no haber pedido perdón".
