Branislav Marelic, ex director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, estimó que la renuncia de Sergio Micco al mismo cargo, a raíz de la solicitud de cinco consejeros -tres de ellos recién nombrados-, es síntoma de un "conflicto interno que se arrastra hace por lo menos seis años", vinculado con los "grupos de interés" representados en el órgano.
Debido a que cesó como consejero la semana pasada, dijo desconocer lo que se habló en previo a la salida de Micco, sin embargo, remarcó en El Diario de Cooperativa que ello "es simplemente una cristalización y quizás una polarización más extrema de algo que hace mucho tiempo está pasando en el Instituto, pero también a propósito del estallido social".
En esa línea, indicó que ha trascendido que la solicitud para despedir al militante DC, a 16 días de que terminara su periodo, se sustentó en que "no están de acuerdo con él" en cuanto a "ciertos temas que en el interior del Instituto son muy conflictivos", como "decir o no decir (como consejo) que no hay violaciones de derechos humanos sistemáticas, que no hay crímenes de lesa humanidad -con los antecedentes a la fecha-, y que no hay presos políticos", lo que "lo pone en contra de un grupo de interés que quiere decir que sí".
"Desde mi punto de vista, en estos tres temas no hubo un debate y no creo que lo haya tampoco en el nuevo consejo -espero que sí- donde se den los fundamentos plausibles (...) durante las discusiones que me tocó presenciar, los argumentos prácticamente eran 'porque sí': porque existen, porque es evidente, porque así es, pero no se daban argumentos más bien técnicos", fustigó el abogado.
Por lo mismo, aseveró que "pedirle la renuncia a Sergio Micco porque cambió la correlación de fuerzas (en el consejo) -y pudo ser él o cualquier otro director- no le hace bien al Instituto".
"MAYORÍAS RELATIVAS"
Tras los cambios en la composición del INDH en los últimos meses, su ex director reconoció que "el método de elección no es el mejor, porque de alguna forma, al elegir a 11 miembros, y cada uno por un estamento diferente que no dialoga entre sí, lo que ocurre es que se eligen por afinidades políticas y se constituyen bloques".
"Uno podría esperar que en un órgano técnico la idoneidad, el debate, la legitimidad de los electos pasara por más de un órgano, pero en este caso, la Cámara elige directamente; el Senado elige directamente; la sociedad civil elige directamente, y la Presidencia elige directamente. Es una de las grandes críticas que se le hace, por ejemplo, al Tribunal Constitucional", apuntó.
Así las cosas, Marelic estimó que "el consejo no ofrece una gobernabilidad suficiente; eso quiere decir que no existe un detalle de qué le compete a éste y qué le compete al director. Entonces parece ser que cuando existen mayorías relativas -en este caso, cinco votos-, el Instituto hace borrón y cuenta nueva y empieza de cero, no hay una coherencia institucional en los cambios de director".
"Si queremos un órgano técnico que le dé garantías de credibilidad a todos los ciudadanos, el Instituto no (debería) decidir en función de grupos de interés o de personas que nos agradan o desagradan: debería darle garantías a todas las personas, porque no es una ONG", precisó.
Marelic, quien tampoco logró terminar su periodo como director, cesando en ese cargo en 2018, reflexionó que "si el cargo de director es de tres años, y en los últimos seis años ninguno ha completado el cargo, eso da una señal de que hay una inestabilidad interna y de que probablemente, las decisiones que se tomen no son imparciales, sino que obedecen a mayorías relativas".