El Presidente Sebastián Piñera rechazó en cinco oportunidades, desde marzo de 2010, las peticiones de indulto del general en retiro del Ejército Odlanier Mena Salinas, ex jefe de la CNI que cumplía condena por el homicidio calificado de tres dirigentes socialistas en 1973 (en el marco del caso "Caravana de la Muerte") y se suicidó el sábado ante su inminente traslado desde el Penal Cordillera hacia el de Punta Peuco.
Según informa este miércoles el diario La Tercera, la primera solicitud de Mena para acceder al beneficio presidencial -que lo eximiría de cumplir íntegra la pena de seis años- fue ingresada a mediados de 2009, durante el Gobierno de Michelle Bachelet.
Su rechazo llegó en marzo de 2010, poco después del inicio de la actual administración, por un decreto firmado por el entonces ministro de Justicia y hoy embajador de Chile ante Estados Unidos, Felipe Bulnes.
Bulnes volvió a cursar la negativa del Gobierno en dos oportunidades más: el 15 de noviembre de ese año -tras una solicitud del general (r) ingresada dos meses antes- y el 5 de abril de 2011, luego de una nueva petición de Mena el 31 de enero de ese año.
El represor apelaba a razones humanitarias en consideración de su avanzada edad (87 años al momento de su muerte).
El 8 de agosto de 2011 el sucesor de Bulnes, Teodoro Ribera, rechazó una nueva petición del general, formulada casi un mes antes.
La actual titular de Justicia, Patricia Pérez, desestimó el 29 de julio de este año la última invocación de Mena para acceder al indulto presidencial.
Las razones
El indulto responde a una atribución exclusiva y privativa del Presidente de la República y, según dijeron fuentes oficialistas al diario, las razones para rehusar las peticiones fueron tomadas considerando "principios generales" como el apego al derecho internacional por la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), que establece que los crímenes de lesa humanidad no son susceptibles de indulto.
También se consideró la "gravedad" de los delitos cometidos y, en último término, la posición que fijó en 2010 el propio Presidente Piñera en el marco de la discusión por el "indulto Bicentenario", para beneficiar a reos mayores de 80 años y enfermos terminales, donde el Mandatario estableció que si bien el beneficio no haría distinción entre "civiles y militares", no incluiría a "los condenados por delitos especialmente graves, como los de lesa humanidad".
Pese a la negativa al indulto, durante la administración Piñera Odlanier Mena accedió a dos beneficios intrapenitenciarios: la salida dominical -otorgada en febrero de 2011- y la salida de fin de semana, concedida en junio de ese mismo año, basándose en el criterio de "igualdad ante la ley".
Sobre el "estigma" pinochetista
A inicios de esta semana personeros de la directiva de RN reconocieron haber respaldado y haber hecho lobby por la solicitud de indulto del ex uniformado, lo que desató una crisis interna de carácter semi "generacional" al interior de ese partido, entre la dirigencia y quienes no tuvieron vida política durante la dictadura.
La diputada Marcela Sabat defendió en Cooperativa "la línea que queremos seguir personas que queremos desarrollar la centroderecha hacia adelante, y queremos acercar la derecha hacia el centro".
"Queremos romper el estigma de que la derecha es solamente la derecha ligada al golpe militar, ligada a la dictadura", dijo Sabat, que consideró la posición de la directiva como "algo interno".
"Quiero recalcar que no todos los militantes de Renovación Nacional pensamos como ellos han hecho sus declaraciones", que son "minoritarias de los militantes".
"Personalmente y a nombre, quizás, de la bancada de Renovación Nacional, nosotros tuvimos una conversación con el Presidente y apoyamos su decisión", indicó la parlamentaria, en la misma línea en que se manifestó su par Nicolás Monckeberg, también alineado con Piñera, tanto en su reflexión y acto por el 11 de septiembre como en el cierre del Penal Cordillera.
"Él tomó una decisión en base a principios. No tenía sentido mantener funcionando un penal que tenía privilegios, en circunstancias que por los mismos delitos otras personas cumplían condenas en forma distinta", dijo Monckeberg.
"Yo espero que estas diferencias no existan respecto al futuro. La proyección de la centroderecha hacia el futuro es con estricto apego a la defensa de la igualdad ante la ley y el respeto de los derechos humanos, partiendo por el derecho a la vida", sentenció el ex presidente de la Cámara Baja.
Más allá de estas discrepancias, desde la UDI su timonel, Patricio Melero, indicó que "las relaciones con los gobiernos tienen altos y bajos" y si bien "ha habido algunos momentos de mayor tensión, es tanto más lo que está en juego que lo único que no vamos a hacer es quedarnos anclados o atrapados en esos factores".
A través de una carta enviada ayer al diario La Segunda, titulada "Centroderecha y ética", el ministro Rodrigo Hinzpeter insistió en su tesis sobre necesidad de "hacerse cargo" de la "debilidad ética" de la centroderecha por haber haber "mayoritariamente apoyado, o, en algunos casos, sido parte de un gobierno que violó los derechos humanos".