Decálogo de recomendaciones para la reconstrucción post incendios forestales

Los directores nacionales de la Onemi, Ricardo Toro, y del Sernageomin, Mario Pereira (subrogante), presentaron este martes un "Decálogo de Recomendaciones" para la reconstrucción de viviendas en las zonas afectadas por la catástrofe de los incendios forestales.

Se trata de un conjunto de medidas y consejos destinados a ser incorporados a la hora de evaluar los terrenos más aptos para la instalaciones de los inmuebles, a fin de evitar nuevos impactos territoriales ante fenómenos como aludes o tsunamis.

Onemi explicó que las recomendaciones ya fueron difundidas a las instituciones que trabajan en la reconstrucción, mientras el Sernageomin dispuso un despliegue de especialistas en peligros geológicos para asesorar a las mismas en la elaboración de mapas de detalle sobre peligro de remociones en masa por caídas de rocas, deslizamientos de suelos y flujos. La labor de estos profesionales se extenerá por dos meses.

"Los incendios dejaron múltiples laderas sin árboles ni vegetación menor que sujete suelos y rocas, ni que facilite la infiltración natural de la lluvia hacia las napas subterráneas, de manera que es lógico prever que habrá arrastre de materiales hacia zonas bajas mediante posibles aluviones, caídas de rocas, deslizamientos de suelos, etcétera", señaló Mario Pereira.

Por su parte, Toro destacó que se busca "establecer cuál es la normativa que debe existir para que las casas que se instalen sean con el resguardo y protección con respecto a las zonas forestales y que no se vuelva a repetir la situación que se vivió anteriormente o minimizar sus efectos".

El porqué el @Sernageomin recomienda que se evite la instalación de viviendas en laderas afectadas por incendios forestales. pic.twitter.com/hGLLLXIxcO

— Sernageomin (@Sernageomin) 21 de febrero de 2017

1. Ubicar viviendas al menos a 50 metros de las quebradas, fuera de zonas de descarga, y retirar materiales sueltos en quebradas cerca de campamentos.
2. Identificar y señalizar laderas inestables donde podrían generarse caída de rocas y deslizamientos de suelos hacia zonas pobladas y rutas.
3. Seleccionar o generar terrazas planas o con pendiente suave para ubicación de viviendas, y evitar grandes excavaciones y taludes muy inclinados.
4. Evitar la ubicación de viviendas en zonas afectadas anteriormente por remociones en masa, tales como caídas de roca, deslizamientos y flujos.
5. En zona costera, respetar la línea de seguridad de 30 metros sobre el nivel del mar para evitar inundación de vivienda por maremotos.
6. Ubicar viviendas cerca de población (o sea, en áreas urbanas) y con acceso expedito, que presente red vial y huella transitable.
7. Generar y señalizar rutas de acceso y zonas de seguridad para viviendas de campamentos, y mantenerlas en condiciones adecuadas.
8. Velar porque las zonas de evacuación y los campamentos estén aguas arriba o fuera del cauce de residuos mineros masivos o faenas mineras.
9. Ubicar los escombros y residuos domiciliarios en sitios aptos indicados por la autoridad competente; no en quebradas y laderas
10. Validar en terreno, con expertos en peligros geológicos de Sernageomin, los sitios seguros propuestos para la ubicación de viviendas de emergencia.

Por su parte, el vicepresidente de asuntos externos del Colegio de Arquitectos de Chile, Alberto Texido, sostuvo que si bien el decálogo es valioso, la planificación del territorio es insuficiente.

Reconoció que "el listado es valioso, pero insuficiente".

"Mientras no haya una lógica multidisciplinaria y, por lo tanto, no se plantee la discusión sobre la planificación urbana y la planificación del territorio, mientras no se introduzca la variable respecto al cuidado de la interfase urbano forestal, que fue la causó esta gran catástrofe y, por lo tanto, quienes están haciendo su negocio legitimante en los bosques deben ser quienes también logren controlar qué pasa en sus perímetros", aseveró.

Además, indicó que con la capacidad técnica que tiene Sernageomin podrían incluso avanzar con mayor precisión para aprender a convivir con las condiciones de riesgo que hay en el país.