Es uno de los alimentos más consumido en Chile, pero necesita enormes cantidades de agua para su cultivo: la palta, el fruto que está secando el centro de Chile y amenaza con la supervivencia de cientos de comunidades.
La cosecha de la palta está afectando, además, otras áreas de la agricultura. Marta Puente criaba abejas y sacaba miel de ellas, llegó a tener cientos de colmenas, sin embargo, la sequía que afecta a Petorca, Región de Valparaíso, hace una década dejó a esta especie sin plantas donde polinizar.
"Éramos 15 apicultoras (en la zona), todas de edad, ese era nuestro único rubro, pero perdimos todo por la falta de agua", sostuvo.
El 2019 fue el año con menos precipitaciones desde que se tienen registros en Chile, y los ambientalistas estiman que durante el último verano austral se perdieron más de 50.000 cabezas de ganado solo en Petorca y San Felipe.
Esta dramática situación contrasta con las extensas cosechas de palta en los cerros: "La poca agua que hay se la llevan las paltas (nombre del fruto en Chile)", admitió.
El fenómeno de las paltas en esta zona comenzó a finales de la década del 90, cuando decenas empresas, atraídas por el clima cálido, compraron cerros a un bajo costo y talaron el bosque nativos para instalar las plantaciones.
Con casi 40.000 hectáreas, la palta es el tercer cultivo del país y la Región de Valparaíso, que concentra más de la mitad de la producción nacional, según el último censo agrícola, siendo la variedad "hass" la principal en la zona y Chile uno de los mayores productores del mundo, exportando en un 70 por ciento, principalmente a Europa.
Falta de agua
Desde organismos ambientalistas denuncian que la intensificación de este cultivo agudizó la sequía en Petorca, porque la palta es un fruto tropical que requiere 400 litros de agua por cada kilogramo producido.
"Plantar paltas en zonas desérticas no tiene sentido", denuncia Rodrigo Mundaca, secretario general del Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima). "Petorca es el epicentro nacional de la violación del derecho humano al agua", agregó y apuntó que es "criminal" que en la provincia haya 40.000 personas sin acceso al agua y se tengan que abastecer con camiones aljibes.
Claudio Fuentes, un trabajador de una plantación en la ribera del río Ligua, contó que "me bañaba aquí de chico, pero mira ahora... Todo el cauce está intervenido".
Esto en referencia a los drenajes que las grandes compañías construyen a más de 100 metros bajo tierra para llegar a las napas subterráneas, una profundidad inalcanzable para los pequeños agricultores.
Privatización
Chile es uno de los países con el mayor nivel de privatización del agua del mundo: se calcula que hoy en día el 80 por ciento de los recursos hídricos del país están en manos privadas, principalmente de grandes empresas agrícolas, mineras y de energía.
Esto no quiere decir que los empresarios sean dueño de los ríos en sí, sino de los litros por segundo que tienen los cauces, además que el uso del agua para consumo humano no está garantizado en la Constitución.
"Probablemente no vayamos a tener nunca niveles de precipitaciones como los que había cuando se creó este modelo" (neoliberal, impuesto durante la dictadura), señaló el vocero de Greenpeace, Mauricio Ceballos. Según la organización ambientalista, Chile es el país con la mayor crisis hídrica del hemisferio occidental y el 76 por ciento del territorio está afectado por la sequía.