La neurosiquiatra Amanda Céspedes afirmó en Una Nueva Mañana en Cooperativa que el 80 por ciento de los niños que hacen bullying aprendió ese tipo de actitudes de sus padres y la forma en que se dan las relaciones en su casa.
La experta se refirió al tema a propósito del caso de Benjamín Apablaza (nueve años), quien murió tras enterrarse un lápiz en uno de sus ojos, tras lo cual su padre acusó que fue víctima de acoso por parte de uno de sus compañeros de curso.
"Es un caso extremo, un caso insólito, a través del cual no podemos generalizar y decir que esto va a empezar a ocurrir en las escuelas. Hay parte de una acción violenta y parte de accidente, pero pone en el tapete el tema del bullying", dijo Céspedes.
"Bullying es un término inglés para hablar de algo que ha existido siempre. Ha variado en su expresión, se ha sofisticado, se ha puesto más perverso, pero acoso, hostigamiento dentro de los colegios y familias, ha existido siempre", agregó.
"Dentro de los factores sociales para que este acoso haya tomado estas dimensiones tiene que ver con el sistema de crianza en los hogares y está centrado en el control excesivo y descalificación. Si tomamos diez bullys (niños acosadores), ocho de ellos responden a factores sociales generados por sus padres", expuso.
"Tiene mucho que ver la familia, muchos padres se molestan y dicen que sus niños no pueden hacer eso, pero si se revisa las condiciones de la casa hay muchos factores: un papá que humilla, que descalifica, que centra el control en el castigo", detalló.
"El perfil del niño acosado es muy particular. Generalmente se acosa en el colegio y las familias al niño bueno, el que tiene las cualidades que el acosador no tiene, el que es buen alumno, es conciliador, no es violento, que no sabe cómo defenderse. El acosador generalmente busca acosar al más débil y la bondad es tomada por debilidad", dijo la especialista.
"Cuando uno intuye en el ambiente que hay maldad, que hay deseo de debilitar al otro, hay que preocuparse. El sarcasmo hiriente es una forma de acoso y debilitamiento del otro. Miremos nuestros hogares, cómo somos en nuestros hogares. Cuando en un hogar se siembra la armonía, el respeto, nunca van a tener un hijo acosador", resumió la neurosiquiatra.