Este viernes a medianoche vence el plazo para que los colegios renuncien a la subvención escolar, ya sea porque cierran o porque se transformarán en establecimientos particulares pagados.
Si bien es un proceso que se realiza anualmente, esta vez cobra mayor importancia, pues los colegios que reciban financiamiento deben ser sin fines de lucro, en el marco de la puesta en marcha de la Ley de Inclusión.
Hasta ahora 55 colegios ya notificaron al Ministerio de Educación que pasarán a particulares, nueve que cerrarán y 400 que serán gratuitos el próximo año.
"No puede haber retiro de utilidades"
En este contexto Andrés Palma, secretario ejecutivo de la reforma educacional y encargado de explicar a los sostenedores los beneficios de la nueva legislación, aseguró que "no hay ninguna razón pedagógica ni financiera por la cual un establecimiento decida pasar a particular pagado".
"Un establecimiento que tiene un proyecto pedagógico va a conservar su proyecto pedagógico pasando a entidad sin fin de lucro. El único cambio que tiene es que ya no puede hacer retiro de utilidades", precisó.
Sin embargo, en algunos establecimientos las dudas persisten. Es el caso del colegio Saint Patrick School de Temuco: "Queremos seguir otorgando calidad y la verdad es que la Ley de Inclusión es definitivamente quitarle los patines, no tenemos certeza si eso lo podemos seguir otorgando", señala su sostenedora, Lorena Cerna.
"Los sostenedores -de acuerdo a la ley- se convertirán en meros administradores definitivamente (...). Tenemos proyectos y programas propios y nadie nos dio certeza ni seguridad en las consultas de que eso se podía mantener", alega la directiva.
Inclusión y tómbola
La Ley de Inclusión también trae consigo un nuevo sistema de admisión que ya se inició en la Región de Magallanes y que ahora se replicará Tarapacá, Coquimbo, O'Higgins y Los Lagos, donde ya no habrá filas como las que se han registrado en los últimos días para conseguir un cupo.
Lily Ariztía, gerenta general de la red de colegios de la Sociedad de Instrucción Primaria, comentó su experiencia con la tómbola: "Por necesidad, en varios de nuestros colegios nosotros tenemos mucha más demanda que oferta".
"Tenemos que tener algún medio que no sea de la selección por criterio alguno, para que los niños o los alumnos entren a los colegios, entonces, lo más fácil es una tómbola abierta. Los niños están inscritos, hay criterios de inscripción y luego, de forma pública y con ministro de fe del Centro de Padres y Centro de Alumnos, se saca los números de los niños que pueden quedar", puntualizó.