"Alto al Simce" es el nombre de una campaña impulsada por actores del mundo de la educación que rechazan que este examen se aplique anualmente para medir la calidad de la enseñanza.
Premios nacionales, investigadores y dirigentes estudiantiles abogan por un nuevo sistema de evaluación y cuestionan los mecanismos de medición existentes hoy.
Apuntan a razones como el estrés al que se somete a los niños desde los siete años, a que los sostenedores buscan obtener buenos resultados -por sobre la calidad de enseñanza- y a que el Simce promueve la competencia entre estudiantes.
Alejandra Falabella, académica del Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE) e impulsora de la iniciativa, dice que ésta "llama a pensar qué tipo de educación queremos y abrir el debate".
Hace distinción respecto a que "es distinto medir que evaluar" y que para las "mediciones que sirven para la política pública" se puede efectuar una "evaluación estandarizada a nivel país" y no de tipo "censal".
"Puede ser perfectamente muestral cada tres años", argumenta.
Mediciones excesivas
En los últimos años a las tradicionales pruebas Simce de Lenguaje y Matemáticas se han ido sumando los exámenes de Educación Física, Inglés y Tecnología, algunos introducidos por el entonces ministro de Educación Joaquín Lavín.
Juan Eduardo García Huidobro, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, acusa un "exceso de mediciones" y critica "los usos del Simce para hacer ránkings".
"En el fondo no siempre es necesario, para saber lo que pasa con matemáticas en cuarto básico, hacer una prueba a todos los cuartos básicos de Chile", ejemplifica.
Manuel Sepúlveda, sociólogo e investigador de Educación 2020, indica que el Simce sólo genera mayor competencia entre los estudiantes, sin un mayor análisis posterior de sus resultados.
El examen da cuenta de "un sistema donde hay selección, donde hay una subvención por asistencia, donde hay competencia entre los establecimientos, y donde se asume que Simce es sinónimo de calidad", dice Sepúlveda.
En este escenario "finalmente lo que se tiene es que es una herramienta que, lejos de apuntar en la mejora de la calidad, lo que ha hecho es desvirtuar todo el proceso educativo, hacer que los colegios orienten todas sus prácticas a tener un buen resultado en la prueba", advierte.
"Una herramienta"
Desde el Ministerio de Educación rechazan estas críticas. Recuerdan que el Simce se creó en 1988 y señalan que sus resultados entregan información sobre los estándares de aprendizaje logrados por los estudiantes.
El Simce "sin duda la evaluación es solamente un medio, no es un fin en sí mismo. Obviamente el aplicar todas las pruebas no mejora la calidad de la educación", indica Juan Bravo, jefe de la División de Logros del Aprendizaje de la Agencia de Calidad de la Educación.
"Aplicar las pruebas provee de información y usar bien esa información es lo que puede contribuir a la mejora de la calidad de la educación. Eso es evidente", dice Bravo.
Más que terminar con este examen, "si no se está usando bien lo que hay que hacer es trabajar y formar a los directivos y a los docentes para que aprendan a usar bien la información", argumenta.
Este lunes los estudiantes de segundo medio dan inicio a la evaluación del Simce de Tecnologías de la Información 2013, en el que participarán más de 10 mil alumnos de todo el país.
Mañana y el miércoles comienzan a rendirse las pruebas de Comprensión de Lectura, Matemática y Ciencias Naturales en alumnos de cuarto básico.