Su presencia en las marchas es sólo "la punta de un iceberg", dijo a Cooperativa el Premio Nacional de Historia.
Dirigentes estudiantiles ven con preocupación el fenómeno ante el regreso de las protestas masivas.
El Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar dijo a Cooperativa que la presencia de encapuchados en las marchas no es un tema menor y debe ser analizado en profundidad, ya que su existencia y actuar violento lo que hacen es develar la frustración y la rabia acumulada a lo largo de varias generaciones por los grupos que han sido excluidos del sistema.
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| Salazar llamó a analizar el tema con profundidad: los encapuchados no actúan "por maldad intrínseca", dijo. (Foto: UPI) |
"La gente que está indignada tiene distintos niveles (de indignación): algunos se indignan pero salen a la calle elegantemente a protestar, como en Wall Street (Nueva York), donde se pasean con un cartelito, y hay otros que tienen una indignación más visceral, que les viene por generaciones, entonces lo hacen con violencia, con rabia", dijo el académico de la Universidad de Chile.
"El tema de los encapuchados no es un temita chico, es la cabeza de un iceberg cuya profundidad es enorme, porque en definitiva, si hay encapuchados en las calles es responsabilidad de la sociedad, no es por maldad intrínseca de esos jóvenes", añadió el experto en historia social.
Coincide con esta impresión el investigador del Centro de Estudios Socioculturales Raúl Zarzuri, que explicó que "el diagnóstico que hacen este tipo de jóvenes es que hay un sistema que ellos consideran que los ha excluido, que no tiene mucho sentido para ellos, y por lo tanto, para ellos es el enemigo al que atacar".
En las protestas masivas esto "se visibiliza eso con mucha fuerza", pero "después en los medios de comunicaciónes es amplificado el tema de la violencia" solamente, y por eso no se hace un análisis más comprensivo, dijo Zarzuri.
La visión de los estudiantesCon la reanudación de las manifestaciones masivas como la del miércoles de la semana pasada, que reunió al menos a 48 mil personas y terminó con disturbios provocados por encapuchados, el tema ha vuelto a ser motivo de preocupación de las organizaciones estudiantiles.
En la asamblea de la Confech realizada en la Universidad del Biobío -donde se resolvió fijar jornadas de reflexión para el 8 y 9 de mayo y una marcha para el miércoles 16, en la antesala a la cuenta pública del Presidente Piñera, el lunes 21- el tema de la violencia fue abordado por los dirigentes.
"Lo que se ha planteado es la necesidad de aislar los focos de violencia, hay que tratar de evitar que estos pequeños grupos que buscan desvirtuar la naturaleza de la movilización provoquen que se termine reprimiendo a aquéllos que están manifestándose pacíficamente", explicó el presidente de la FEUC, Noam Titelman.
Recaredo Gálvez, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, considera que "este asunto debiera ser tratado por la misma policía", sin embargo, acusó que como Carabineros "actúa con demasiada brutalidad, se provoca más desorden aún".
"Siempre hemos rechazado completamente cualquier acto de violencia que pueda haber en las manifestaciones, y en ese sentido, nosotros hemos sido bastante responsables en encargarnos de que no ocurran estos actos, más allá de que muchas veces la situación se descontrola", expresó Rodrigo Rivera, vocero de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios.
"Como movimiento y como organizaciones convocantes, nosotros ponemos gente que pueda hacer una especie de (labor de) seguridad dentro de las marchas, y eso ha resultado en muchas ocasiones, en muchas manifestaciones como las del año pasado", afirmó Rivera
Zalaquett espera que no haya "más destrucción"Consultado por la marcha convocada para el 16 de mayo, el alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, dijo esperar de los dirigentes estudiantiles que "trabajen mejor que nunca y respondan a lo que ha pedido el Gobierno" en cuanto a la tranquilidad de las manifestaciones.
"Eso no limita para nada su posibilidad de expresarse y de marchar. Eso es legítimo, democrático, y solamente lo que pido como alcalde es que lo hagan con respeto y sin encapuchados, sin bombas molotov, sin destrucción", señaló.
Cansado por los millonarios destrozos causados por los grupos violentos en las decenas de marchas del año pasado, Zalaquett impulsó una consulta entre los vecinos de Santiago, en la cual el 72 por ciento de los votantes se opuso a la autorización de nuevas marchas en la comuna.
