La jefa regional evaluó en Cooperativa su rol frente a la movilización estudiantil.
Añadió además que la discriminación en Chicureo muestra "el Chile que nadie quiere".
La intendenta de Santiago, Cecilia Pérez, evaluó en Una Nueva Mañana el movimiento estudiantil de 2011 y su polémica declaración sobre prohibir las marchas, señalando que en un momento le dio mucha impotencia la "complacencia" que hubo desde los líderes estudiantiles a los encapuchados.
"Soy una democrática por esencia: creo en el derecho a manifestarse sino que también me he manifestado, cuando estaba en la Universidad también marché, pero cuando estás un rol de intendenta metropolitana (y) tienes que hacer valer y convivir dos derechos, el derecho legítimo a manifestarse, que como Gobierno lo creemos, lo apoyamos, incluso lo coordinamos pero también el derecho, particularmente de los vecinos de la comuna de Santiago que estén tranquilos", dijo la autoridad.
"A mí se me producía muchas veces la disyuntiva, frente a marchas que terminaban con encapuchados, de qué se podía hacer un con historial de violencia, donde sentía (...) que había aquí una complacencia, como que daba lo mismo que aparecieran los encapuchados", relató Pérez, añadiendo que sufría "una impotencia tremenda".
Por ello, explicó Pérez, prohibir las marchas "es un tema difícil y legalmente incompatible, por eso cuando yo hago esa declaración es desde la frustración, y lo digo, me da impotencia".
El Chile que nadie quiereLa autoridad también se refirió a los episodios de discriminación que han sufrido trabajadores en Chicureo, asegurando que "ese es el Chile que nadie quiere, que la mayoría no quiere: un Chile que te discrimina por la cuna que vienes, por dónde naciste, el colegio que estudiaste o por si llegaste o no a la universidad".
Para Pérez, lo que ocurre en Chicureo "es la punta de lanza, pero eso sucede con las nanas, con los guardias de seguridad, jardinero. Ahí la ministra del Trabajo ha tenido una postura súper dura de fiscalización y señalar cuál es la línea del gobierno"
"No se puede seguir discriminando a las personas que noblemente hacen un trabajo y menos a las nanas que si no fuera por ellas qué sería de nosotras", recalcó.
