Las derrotas electorales de tres emblemáticos alcaldes derechistas capitalinos, Pablo Zalaquett (Santiago), Cristián Labbé (Providencia) y Pedro Sabat (Ñuñoa), fue evaluada como consecuencia directa de su reacción frente al movimiento estudiantil por los propios dirigentes juveniles.
Desde los secundarios, la vocera de la ACES, Eloísa González, aseguró que el papel jugado por su organización fue encender la discusión respecto al concepto de democracia que se tiene en Chile, y que a su juicio tras la reciente elección municipal sigue cuestionado. Por eso afirmó que permanecerán vigilantes para que no se tomen decisiones "a espaldas" de los jóvenes.
"Antes no se discutía si es que efectivamente teníamos una democracia en Chile, y con la democracia entre comillas o seudo democracia que tenemos actualmente, cuál es la verdadera democracia que nosotros buscamos, y esa discusión hoy está instalada y está siendo debatida y discutida por las familias en Chile, por la ciudadanía, por los estudiantes y por absolutamente toda la población chilena", advirtió la dirigenta.
González, quien lideró una campaña previa a la elección para "no prestar el voto" a una clase política que a su juicio no ha resuelto las demandas de los estudiantes, aseguró que los jóvenes seguirán movilizados pese al recambio de varios alcaldes y concejales.
"Ya no se podrán administrar municipios a espaldas de una gran mayoría. Hoy estaremos nosotros expectantes, organizados, movilizados y viendo en ese sentido con nuestras propias manos los cambios que se requieren", expresó.
La represión les "pasó la cuenta"
Por su parte, el presidente de la FECH, Gabriel Boric, se refirió a la caída de los emblemáticos líderes comunales derechista, como "la cuenta" que tuvieron que pagar por su represión al movimiento.
"Ellos se manifestaron como abiertos opositores al movimiento estudiantil, actuaron de manera muy represiva desalojando colegios e insultando incluso a los estudiantes que se movilizaron, yo creo que eso al final del día les terminó pasando la cuenta", dijo.
De la misma opinión fue el presidente de la FEUC, Noam Titelman, quien apuntó a que "el terremoto social del 2011, del movimiento estudiantil, se está convirtiendo en un tsunami político, lo estamos viendo con el abordaje de nuevos liderazgos y visiones distintas sobre el rol de los municipios que se están imponiendo en varias comunas".