El Consejo de Rectores entregará a fines de mes el informe solicitado por el ministro.
Para expertos educacionales, la medida no genera un cambio sistémico.
Opiniones diversas ha generado entre los distintos actores del mundo educacional la intención del ministro Harald Beyer de acortar las carreras universitarias, cuya extensión en Chile promedia los 6,32 años; dos años más que en el promedio de los países de la OCDE (4,32 años).
Beyer solicitó a fines de marzo un informe a los rectores sobre la factibilidad de reducir la extensión de las carreras, que pidió se le entregara en 60 días. Por estos días las autoridades universitarias están elaborando el documento, que analizarán y deberán aprobar en la sesión que realizarán el próximo 31 de mayo en la Universidad de Los Lagos.
"Vamos a cumplir el plazo y vamos a plantear cuáles son todavía nuestras dudas al respecto", explicó el vicepresidente de Consejo de Rectores y rector de la Universidad de Santiago, Juan Manuel Zolezzi.
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| Las carreras en Chile duran en promedio dos años más que en los países de la OCDE. (Foto: UPI) |
El académico aclaró que desde el Consejo esperan entregar "un informe conceptual con un buen diagnóstico, y a lo mejor con un prediseño de lo que podría ser la implementación" de la medida y "estamos trabajando con especialistas en el tema, porque los rectores no somos especialistas en cada uno de los temas".
Manifestó también sus "dudas" ante la medida el rector de la Universidad de Valparaíso y presidente del Consorcio de Universidades del Estado, Aldo Valle: "A veces se quiere hacer creer que el costo de la educación superior es muy alto porque las carreras duran mucho tiempo", alegó.
Para Valle, "no podemos dar por hecho que simplemente porque se acortan las carreras vamos a lograr una formación efectiva en menor tiempo. Eso, probablemente, puede también llevar a un fracaso más recurrente y a que los tiempos, finalmente, sean más largos aún", alertó.
El factor calidad
Para José Mauricio Contreras, sicólogo educacional y académico del Departamento de Formación Pedagógica de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), el acortamiento de las carreras no implicaría necesariamente un mejoramiento de la calidad de la educación superior.
En su concepto, "la calidad tiene que ver con otras variables, y pensar que vamos a tener profesionales de mayor calidad con menos carga académica no resuelve el tema".
Citó como ejemplo de esto a que "ya se hizo un recorte en las carreras de Psicología: de los seis años de formación profesional hoy casi todas (las universidades) están en cuatro y hay un modelo de educación continua, con un año más tienes magíster y con dos más tienes doctorado. Eso es una locura en términos de formación profesional".
Arreglo "sobre leche derramada"Marco Kremerman, investigador de la Fundación Sol, apuntó que si bien la medida tiende a corregir uno de los problemas detectados en el sistema chileno, no constituye una políticas educativa que vaya enfocada a modificar el sistema educacional en su totalidad.
"Apunta a tratar de corregir bajo el modelo existente, pero en ningún momento hay alguna política o alguna propuesta que vaya a corregir fenómenos de carácter estructural", dijo.
En este sentido, se asemeja a "hacer política pública sobre leche derramada: ya tengo un modelo que no estoy evaluando si funciona bien o no, y sobre ese modelo trato de corregir. Sin embargo, lo que se echa de menos son políticas de mediano plazo, con una visión país distinta, donde exista participación de todos los actores", opinó.
