Chile tiene una tasa de asistencia a la educación superior del 53%, la más alta de la región. Este alto nivel de participación refleja el compromiso del país con la expansión del acceso a la educación y la mejora de las oportunidades educativas, según los nuevos datos que recoge la Red Iberoamericana de Indicadores de Educación Superior (Índices), que coordina la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).
Entre 2012 y 2021, Chile experimentó un crecimiento del 15% en la matrícula universitaria. Aunque moderado en comparación con otros países, este crecimiento es significativo y subraya la estabilidad del sistema educativo chileno.
La inversión en educación superior en Chile se mantuvo en el 2,17% del PIB en 2020, destacándose como una de las más altas en Iberoamérica. Esta inversión refleja el compromiso del país con la financiación sostenible y la calidad educativa.
En Chile, la educación privada juega un papel predominante, con una gran parte de los estudiantes asistiendo a instituciones privadas. Esta tendencia subraya la importancia del sector privado en la provisión de educación superior.
Las mujeres representan el 57% del total de estudiantes en la educación superior chilena. Sin embargo, en áreas STEM (en inglés, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), la participación femenina sigue siendo baja, lo cual pone de manifiesto la necesidad de políticas de inclusión y fomento del interés en estas áreas.
Chile tiene una tasa de graduación de 100 graduados por cada 10.000 habitantes, una de las más altas de la región. Sin embargo, el país enfrenta desafíos para mantener esta tasa y mejorar la retención de estudiantes en áreas críticas.
La educación a distancia en Chile ha crecido, aunque aún representa una fracción menor de la matrícula total. Este crecimiento subraya la necesidad de mejorar la infraestructura tecnológica y ampliar el acceso a modalidades de aprendizaje flexibles.