Ex profesores de la Universidad Católica manifestaron diversas posturas tras ser invitados por el rector Ignacio Sánchez a un "acto de reencuentro e integración".
En la cita que se realizará el 23 de noviembre, la comunidad universitaria se reencontrará con académicos que fueron exonerados en 1973 por razones políticas.
El sociólogo Manuel Antonio Garretón comentó que "han dejado pasar 40 años y a mi juicio y mi posición personal es que es de las pocas instituciones, El Mercurio y la Universidad Católica, que no han pedido perdón por su complicidad en los actos de violaciones de los derechos humanos".
"En ese momento uno podía decir que la expulsión de los profesores es un acto criminal. Era primero atentar contra el pluralismo, contra la libertad de expresión académica y al mismo tiempo era invitar a la dictadura: 'aquí están los enemigos, con nombre y apellido'", planteó.
Por su parte, el historiador Gabriel Salazar dijo que "es notable que el rector actual se haya preocupado de eso y que haya abierto esta posibilidad de por lo menos hacer un acto de reconocimiento de ese abuso cometido, en esa pérdida de autonomía universitaria y de pluralismo universitario".
"Es un gesto que, claro, no repara nada del daño producido, un daño básicamente laboral", recalcó.
"Él lo plantea como una reintegración a la comunidad y eso tiene varias posibilidades, desde asistir a un acto público a la posibilidad de reincoporarse a algún nivel de docencia. Yo lo haría porque los alumnos necesitan un enfoque distinto y más crítico", sostuvo Salazar.
Entre los invitados también se encuentran los escritores Tomás Moulián y Antonio Skármeta, además del ex ministro José Antonio Viera-Gallo.