El administrador de cierre de la Universidad del Pacífico, Roberto Nahum, descartó la posibilidad de que los alumnos puedan retomar actividades este año, debido a la realidad de la institución, cuyo reconocimiento oficial fue revocado en febrero pasado por parte del Consejo Nacional de Educación a raíz de su grave crisis financiera.
El abogado, designado en marzo para llevar el proceso de cierre, comentó en El Mercurio que "había pensado, con el entusiasmo que uno llega a esto, que podríamos haber iniciado algunas actividades en el segundo semestre, pero evaluando realidades y con el tema del déficit de antecedentes, es materialmente imposible".
Por ahora, apuntó, la principal misión es lograr que los estudiantes terminen sus carreras, "un sueño que ellos visualizaban como una realidad posible, y a mi modo de ver, se transformó en pesadilla", ya que en estos momentos "no son alumnos, no son titulados, están en tierra de nadie", debido a que "la institución cayó en quiebra, no a que haya un déficit educativo".
Aquellos que opten por ello, deben esperar a que junto al Ministerio de Educación logren convenios con universidades para que asuman el rol de tutores y les permitan terminar sus carreras, para lo cual están en conversaciones con el Consorcio de Universidades Estatales.
"Aquí no quedó nadie"
Nahum contó que desde que asumió, los papeles han ido apareciendo dispersos entre distintos inmuebles que pertenecían a la institución, y otros han sido localizados gracias a la ayuda de funcionarios "muy camiseteados"; incluso, resalta, hay alumnos que "nos han ofrecido, y perdón por la expresión, poner mano de obra".
Además lograron acceder a los registros informáticos del plantel, pese a muchas dificultades: "Según se nos dijo, debían a una empresa cerca de 50 millones, pero previendo que los iban a necesitar, hicieron un abono que les permitió acceder a la información. Compraron un aparato Huawei y descargaron datos", dispositivo como un servidor cuya localización no fue fácil, porque aseguró preguntarle a Pablo Ortúzar, dueño de la universidad, y "dijo no tenerlo y no recordarlo", pero sí lo tenía.
Actualmente, luego de un exhaustivo proceso de chequeo de esos antecedentes, los alumnos que no quieran esperar los convenios y desean inscribirse por su cuenta en otro plantel, ya pueden acceder a sus papeles. Según El Mercurio, datos del Mineduc apuntan que cerca de mil estudiantes ya optaron por ese camino.
Respecto a la crisis del plantel, sostuvo que "no hay ninguna otra universidad que esté en la misma condición, otras tenían un inmueble, como la Arcis, o algunos bienes a disposición, pero aquí no quedó nada"; incluso la sede de Las Condes fue vendida a la inmobiliaria Standard.