Hablando en un seminario de la FAO, la ministra de Minería resaltó el acuerdo entre Iansa y ENAP para el desarrollo de fuentes de energía a partir de la remolacha, el maíz o el trigo.
Chile podría estar en condiciones de producir biocombustibles a partir de 2008 como parte de los esfuerzos del país para diversificar sus fuentes energéticas, afirmó este jueves la ministra de Minería y Energía, Karen Poniachik.
La ministra hizo las declaraciones en un seminario sobre agroenergía y biocombustibles que organizó en Santiago la oficina de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para América Latina y el Caribe.
El proyecto es impulsado por la privada Industria Azucarera Nacional (IANSA) y la estatal Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), que acordaron el pasado marzo iniciar estudios de factibilidad para el desarrollo de biocombustibles, que podrían ser producidos a partir del azúcar, trigo o maíz.
Chile, que debe importar más del 90 por ciento de los hidrocarburos que consume, busca diversificar su matriz energética y reducir su dependencia de los mercados externos.
El acuerdo entre IANSA y ENAP podría entrar en la etapa productiva una vez que se defina el marco legal de la iniciativa, que actualmente estudia el gobierno, dijo durante el seminario el gerente general de la azucarera, Felipe Lyon.
Agregó que de prosperar los estudios y el marco regulador de la actividad, en una primera fase se podrían producir unos 100 millones de litros anuales de etanol, equivalentes a entre el tres y cuatro por ciento de la gasolina que consume Chile.
Para ello sería necesario construir una planta procesadora, cuya inversión calculó entre 40 y 60 millones de dólares y la utilización de entre 60 mil y 70 mil hectáreas de cultivo de trigo.
Durante el seminario, que se extenderá hasta este viernes, la FAO planteó la creación de una Plataforma Internacional de Bioenergía (IBEP) para coordinar los esfuerzos mundiales en el desarrollo de esta fuente energética.
Según un documento presentado en la reunión, la Plataforma es un mecanismo orientado a asegurar "el suministro de fuentes y servicios sostenibles, equitativos y asequibles de bioenergía, sin distinción de sexos, riqueza, lugar o cultura, en apoyo al desarrollo sostenible, la seguridad energética, la reducción de la pobreza y la atenuación del cambio climático".
Destaca el texto que numerosos países están desarrollando actividades de bioenergía, cuyo comercio va en aumento.
En ese contexto, la FAO considera que la bioenergía "exige un enfoque mundial para desempeñar su función", por lo que la IBEP está encaminada a facilitar la transición hacia el futuro de la energía sostenible.
La bionergía, según la FAO, permitirá a los países en vías de desarrollo evitar algunos problemas relacionados con su dependencia de los combustibles fósiles.
Además, sostiene que el establecimiento de sistemas rurales integrados de bioenergía favorece el desarrollo rural, la reducción de la inseguridad alimentaria y las estrategias nacionales de energía. (EFE)
