La frase es de Alfredo Ovalle, líder de la CPC.
Rafael Guilisasti destacó el trabajo de Chile en materia energética.
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| Según Andrés Ovalle, el país "sufrió mucho" con el corte trasandino. (Foto: UPI) |
"Creo que si se puede hacer, es una muy buena medida, pero hay que venderles muy caro, porque nosotros sufrimos por el corte del gas natural de Argentina", señaló el empresario.
Por su parte, el actual timonel de la entidad, Rafael Guilisasti, comentó que esto demuestra que Chile está trabajando de forma correcta respecto de las inversiones energéticas y puede ser un buen negocio.
"Lo más importante del hecho de poder vender gas a Argentina es que puede ser un buen negocio para el país, pero también lo otro es el futuro, que nosotros tenemos una demanda de energía fruto de nuestra expectativas de crecimiento que también tenemos que abordar", comentó.
"Como consecuencia de la instalación en el país de terminales de recepción y de instalaciones de regasificación de gas natural licuado, resulta técnicamente factible el envío de dicho combustible a Argentina u otros países de la región", señaló la cartera de Hacienda a través de un comunicado.
Por su parte, el ministro de Energía, Marcelo Tokman, aclaró que aún no hay ningún acuerdo ni contrato con el país transandino, pero resaltó las posibilidades de negocios.
"Sería algo sumamente positivo, porque si se llega a dar una operación como esa es porque tanto el que está comprando como el que está vendiendo están ganando con esa operación", remarcó.
Creo que lo que corresponde es seguir avanzando siempre en términos de lograr marcos que permitan sacarle todo el provecho posible a la infraestructura que ya tenemos. Estamos convencidos de eso, las autoridades argentinas están también convencidas de eso. Así que lo que hay que hacer es mirar para adelante, ir avanzando y sacarle el mayor provecho", añadió.
En Chile comenzó a operar hace tres meses la primera planta de regasificación de gas natural licuado en el puerto de Quinteros y para antes de fin de año se prevé la entrada en operaciones de una segunda planta en el puerto de Mejillones.
La construcción de esas plantas se decidió cuando, a partir de 2004, se redujo drásticamente la llegada de gas natural de Argentina, a causa del aumento del consumo interno y del estancamiento de la producción en ese país debido a una disminución de las reservas.
