Luego de la aprobación de la central termoeléctrica a GNL El Campesino de Bulnes este lunes, en Concepción se vivió una violenta jornada, ya que durante la noche hubo cortes de ruta en Lirquén.
Desde la empresa Biobío Genera afirmaron que las protestas son básicamente por desconocimiento, ya que reclaman por el uso del agua, lo que para Juan José Gana, director ejecutivo de la empresa, es mínimo.
"Esta central utiliza enfriamiento por aire y que va a ser la primera en Chile con esa tecnología que minimiza el consumo de agua a solamente el consumo de los servicios que tiene la central y reponer agua de los circuitos que tiene, pero equivale a 3,6 litros por segundo", dijo el responsable de la empresa.
"Una central que genera en base a carbón, de la misma capacidad de producción de energía, consume alrededor de 300 litros por segundo", recalcó.
Este proyecto cuenta con un amplio rechazo ciudadano, aunque en Bulnes también había grupos pro termoeléctrica. El abogado ambientalista, Álvaro Toro, aseguró que la lucha seguirá en tribunales.
"Estamos convencidos que el proyecto terminal (Penco-Lirquén, ex Octopus) fue aprobado de manera ilegal y también estamos convencidos que el proyecto de la central El Campesino fue aprobada de manera ilegal, pero veamos en dos meses más qué va a decir nuestra justicia", dijo el jurista.
Mientras, Renato Fuentealba, campesino de la comuna de Bulnes, manifestó que "con esto nos matan, esto va a ser como vivir debajo de un volcán, vamos a recibir todos los daños posibles de una erupción".
La central "El Campesino", que se espera entre en funcionamiento en 2019, producirá 640 megawatt (MW) en base a gas natural licuado (GNL) los que serán inyectados desde la estación "Charrúa" al Sistema Interconectado Central (SIC).
Tanto el terminal GNL Penco Lirquén como la central El Campesino comenzarán a construirse a fines de este año, aunque en la justicia se "jugará" el segundo tiempo de ambas iniciativas.