Antuco: familiares de víctimas creen que a Cheyre y otros el uniforme les quedó grande
A casi un año de la tragedia donde murieron 45 soldados, sus deudos insistieron en la responsabilidad del alto mando encabezado por el ex comandante en jefe.
A casi un año de la tragedia donde murieron 45 soldados, sus deudos insistieron en la responsabilidad del alto mando encabezado por el ex comandante en jefe.
Familiares de las víctimas de la tragedia de Antuco reiteraron que el Ejército de Chile y su mando tiene responsabilidad en la muerte de un sargento y 44 conscriptos del Regimiento Nº 17 Los Angeles, registrada en mayo de 2005, en los faldeos del volcán Antuco.
En particular, el ex comandante en jefe Juan Emilio Cheyre sigue siendo blanco de críticas por parte de la Agrupación de familiares y amigos de soldados fallecidos en Antuco.
En conversación Entre Nueve y Una, Angélica Monares, presidenta del colectivo y hermana del único soldado profesional muerto en la ordillera del Biobío, recordó que "a cuatro días del accidente de la Antártica, el general Cheyre divulga que va a haber medalla al valor para los muertos en el incidente (...), ¿y qué pasa con el acto heroico de mi hermano en la cordillera, ayudando a soldados conscriptos?".
"¿No es tan valioso porque era solamente sargento? Mi hermano demostró que era más militar que el mismo general Cheyre, al general Cheyre y a muchos militares que hay en el regimiento angelino (...) la ropa le queda grande. Mi hermano le dio lecciones a muchos, aunque fuera sargento", sentenció.
Monares es hermana del suboficial Luis Raimundo Monares, a quien sobrevivientes sindican como uno de los pocos uniformados que luchó hasta dar su vida para salvar a los conscriptos.
"Responsables hay más de los que resultaron procesados, hay muchos más y el Ejército lo sabe. El Ejército lo sabe en el sentido que es organizado como una pirámide, estas responsabilidades parten desde el comandante en jefe hacia abajo", expresó.
De hecho, recordó que hubo dos oficios desde el regimiento a la Tercera División, en demanda de pertrechos adecuados para media montaña, los cuales nunca tuvieron respuesta.
"Les pidieron a los jóvenes hasta nylon para cubrir las carpas para ir a esa campaña", evocó.
Angélica Monares profundizó su crítica al Ejército porque "aquí murieron 45 personas porque se demostró la negligencia y la torpeza desde un comienzo, desde el momento en que los jóvenes se presentan al Servicio Militar (...) y no hubo un chequeo médico completo y real".
En su crítica, también apunta al fiscal militar Juan Arab, quien luego fue ascendido a auditor general de la institución.
"Si al fiscal se le fueron los detalles de jóvenes que usaban lentes de contacto, no sé qué investigó entonces. Por ejemplo, hoy día hay tres procesados que fueron dados de baja (...) pero están además los dos capitanes de la compañía: el capitán (Carlos) Olivares, que venía a cargo de la compañía Morteros, y el capitán (Claudio) Gutiérrez, a cargo de la compañía Andina, quienes hasta el día de hoy, con sentencia encima, aunque sean penas remitidas, siguen vistiendo el uniforme del Ejército de Chile", relató.
"Ahora la gran pregunta de eso es por qué el Ejército, la Fiscalía Militar, ya que este caso lo lleva la Justicia Militar, no se pronunció también sobre las bajas de esos dos capitanes", manifestó.
Sin embargo, Monares enfatizó que más allá de las sentencias judiciales, ambos capitanes "todavía no han asumido como hombres" su responsabilidad en la muerte de los 45 soldados.
La hermana del único soldado profesional fallecido en la cordillera también puso en duda la relación que estableció el Ejército con los conscriptos que sobrevivieron a la fatídica marcha.
"Me atrevo a decir que han sido claramente manipulados y la prueba clara es que es primera vez en la historia del regimiento angelino que se presentan jóvenes a hacer el servicio, ocurre la tragedia de Antuco y después 70 y tantos jóvenes quedan aceptados en la Escuela de Suboficiales, cosa que jamás en la vida había pasado", argumentó Angélica Monares.
Los familiares que participan en la agrupación de familiares y amigos de soldados fallecidos en Antuco se reunirán este lunes 15 de mayo, a las 17:00 horas (21:00 GMT) con la Presidenta Michelle Bachelet.
El encuentro es "por un tema legal, el tema de los acuerdos que pudiesen haber para las futuras indemnizaciones (...) queremos básicamente que se haga justicia. Todo este tema lo provocó el Ejército y lo tiene que solucionar el Ejército, la parte judicial del Ejército, la Justicia Militar. En ese sentido fue que nos agrupamos", aseveró Monares.
En tanto, Rosa Fica, madre del fallecido conscripto Freddy Montoya, dijo espera que Bachelet "escuche lo que le vamos a decir", además de "agradecer su gesto que nos va a recibir".
Por su parte, Monares expresó que confía "en la afinidad como mujer" que tiene la Mandataria, pero aclaró que "no venimos a pedirle que apure la indemnización ni nada por el estilo, venimos a pedirle que los procesos sean limpios y reales, creo que lo merecemos hasta como el chileno menos importante".
Además, destacó que Bachelet "conoce más del tema" por su paso por el Ministerio de Defensa.
Sin embargo, lo que más motiva a los familiares es cambiar su percepción sobre el rol de La Moneda en la tragedia.
"Don Ricardo Lagos me decepcionó en cierta medida, porque vi claramente una protección hacia el general (Juan Emilio) Cheyre. Me habría gustado que el Presidente, como Presidente de la República, hiciera que cada militar, tuviera el grado que tuviera, asumiera las responsabilidades", recordó Monares.
Angélica Monares concluyó que "es difícil de creer que ha pasado un año, para nosotros parece que fue ayer".
"Lo que a cada familia le quitan no lo puedo describir, por lo tanto no se puede hablar que las familias persiguen indemnizaciones, porque no nos van a devolver nunca en la vida lo que nos robaron", dijo la hermana del sargento Monares, quien junto a Rosa Fica pidió a los chilenos prender una vela este miércoles 17 de mayo, en recuerdo del suboficial y los 44 jóvenes que murieron en la cordillera del Biobío.
El 18 de mayo de 2005, el mayor Patricio Cereceda ordenó a conscriptos en instrucción, de dotación del Regimiento Nº 17 Los Angeles, una marcha entre dos refugios cordilleranos en los faldeos del volcán Antuco cuando las condiciones del tiempo eran adversas.
Los cerca de 200 soldados que iniciaron la caminata se encontraron con el denominado "viento blanco", lo que los hizo perder la orientación.
Varios de ellos se perdieron de sus compañeros y murieron congelados en el lugar, en una de las peores tragedias que ha visto el Ejército chileno.
El mayor Patricio Cereceda fue sometido a proceso por incumplimiento de deberes militares y cuasidelito de homicidio, por la muerte de 44 soldados conscriptos y un sargento durante la marcha. Posteriormente fue dado de baja de la institución junto al coronel Roberto Mercado, jefe de la unidad militar, y a su otro subordinado directo, el teniente coronel Luis Pineda.
La Justicia Militar dictó en febrero pasado las condenas de primera instancia, que incluyen una pena de cinco años de cárcel para Cereceda. (Cooperativa.cl)