El nuevo comandante en jefe del Ejército, el general Javier Iturriaga, rechazó vivir en una costosa y lujosa casa en Lo Curro, una más de sus señales ante una institución profundamente cuestionada por la malversación de fondos públicos.
Según dio cuenta La Tercera, la cabeza del Ejército siguió la línea que trazó el 9 de marzo cuando tomó el mando de la institución en una ceremonia privada y sencilla.
El oficial quiere marcar la diferencia ante cuatro sucesores procesados por fraude, por lo que se ha llenado de señales de austeridad y transparencia. Es por eso que tomó la decisión, ante el Gobierno y también sus tropas, de no trasladarse a vivir con su grupo familiar a la casa de los comandantes en jefe, en el exclusivo sector de Lo Curro, en Vitacura.
Quien fuera conocido por expresar ser un "hombre feliz" y "no estoy en guerra con nadie", en pleno estallido social, prefirió mantenerse en su actual residencia, ubicada en Américo Vespucio con Presidente Riesco, en un complejo residencial para uniformados.
Su residencia es un departamento fiscal que está dentro de un condominio y que cuenta con todas las medidas de seguridad que deben tener quienes ostentan este tipo de cargos. Iturriaga, con esta medida, marcó un quiebre ante una "tradición" autoimpuesta desde el mando de Juan Emilio Cheyre, en 2002.
Fueron casi 20 años en que la casa de Lo Curro, ubicada al interior del Complejo Militar, albergó a la máxima autoridad del Ejército.
La casa de Lo Curro, actualmente, está habitada por el ex comandante en jefe del Ejército, Ricardo Martínez. El genera (R) permanecerá en esa residencia hasta el 31 de marzo, según ha explicado su abogado, Juan Carlos Manríquez a La Tercera.