La Fiscalía formalizó por delito de apremios ilegítimos a los tres militares chilenos que el miércoles fueron detenidos luego de que un hombre nacionalidad boliviana los acusara de haberlo golpeado y asaltado en el marco de los controles fronterizos realizados en la comuna de Colchane (Provincia del Tamarugal, Región de Tarapacá).
El incidente se conoció públicamente este jueves y generó reacciones desde el Gobierno y el Ejército. Los tres uniformados -a quienes la institución castrense "licenció del servicio"- comparecieron ante el Juzgado de Garantía de Pozo Almonte y quedaron sujetos a las medidas cautelares de arraigo nacional y prohibición de acercarse a la víctima.
La fiscal Daniela Campusano, quien realizó la presentación de cargos, solicitó que se les prohibiera además acercarse al poblado en el que ocurrieron los hechos, pero esta petición "fue rechazada por el tribunal, toda vez que (los imputados) ejercen, precisamente, funciones en dependencias de la comuna de Colchane: fiscalizaciones de los ingresos por pasos no habilitados en la frontera" con Bolivia.
El denunciante fue controlado por los uniformados luego de entrar ilegalmente a Chile y denunció que éstos, además de golpearlo, le robaron dinero, pero la Fiscalía no incluyó este último aspecto en su imputación, pues, con las primeras diligencias investigativas realizadas, "solamente se acreditaron de manera fehaciente los apremios ilegítimos", explicó Campusano.
"CREÍAN ABSOLUTAMENTE QUE SE TRATABA DE UN MILITAR"
Al término de la audiencia, la persecutora entregó detalles sobre la manera en que se produjo el incidente y el posterior arresto de los acusados, que corresponden a "un soldado de tropa profesional y dos soldados conscriptos", de acuerdo a lo que indicaba más temprano el Ejército.
El denunciante entró a Chile por un paso no habilitado entre las 10:00 y las 11:00 de la mañana del miércoles, y "el personal del Ejército confunde a la víctima -por los antecedentes que mantenemos- con que se trataría de un militar boliviano que hace el ingreso a territorio chileno", indicó Campusano.
Ante esto, "la víctima insistió en que no se trataba de un militar", pero sus tatuajes reforzaron las sospechas de los soldados nacionales. El hombre aseguró que éstos databan de "cuando hizo el servicio militar en su respectivo país".
El relato del afectado señala que, "con esta situación de que creían absolutamente que se trataba de un militar boliviano, comienzan a agredirlo, lo tiran al suelo para que avance aproximadamente 20 metros de punta y codo, y llaman a un tercer imputado para que concurra al lugar".
Este último se sumó con mayor violencia, pues le ordenó sacarse la polera, sacarse los zapatos y "comenzó a golpearlo en la espalda con un cable de teléfono, para continuar golpeándole los pies, a vista y paciencia de los otros coimputados", señaló la fiscal Campusano.
"MARCAS EN LA ESPALDA"
Como consecuencia de estos apremios, el extranjero "quedó con lesiones, con marcas en su espalda, (también) levemente en los pies", que fueron constatadas en "el registro de atención de urgencia en el hospital" local.
Los tres militares fueron arrestados de noche en dependencias castrenses, previa autorización del Juzgado de Garantía de Pozo Almonte para una diligencia de entrada y registro que fue ejecutada por Carabineros, "dentro de la hipótesis de flagrancia de 12 horas", concluyó Campusano.
DEFENSA ADVIRTIÓ "INCOHERENCIAS"
El defensor penal público, Eduardo Cabrera, planteó que "el relato de la víctima no era tan coherente con los antecedentes que había, y más que nada nos abocamos a hablar que era primera vez que ellos (los militares) tienen contacto con el sistema judicial".
"Y ahí atacamos una de las medidas cautelares que propuso la Fiscalía, que a mi juicio no correspondía", agregó, apuntando que finalmente "se les formalizó sólo por el delito de apremios ilegítimos".
Los efectivos quedaron bajo las cautelares de arraigo nacional y prohibición de acercarse a la víctima. El Juzgado de Pozo Almonte determinó un plazo de 90 días para la investigación.