"Estimados presidentes de partidos. Estamos en el ojo del huracán. Buscarán cualquier cosa para hacernos pelear, distorsionar o dañar. Muy atentos a los errores no forzados y a no caer en su juego. Este es un gobierno diverso en edades, experiencias y miradas. #Seguimos".
Con este mensaje revelado por La Tercera, enviado la tarde del miércoles al grupo de WhatsApp del comité político ampliado, la ministra del Interior, Izkia Siches, buscó controlar la reacción de timoneles oficialistas a la polémica que se generó con su par de la Secretaría General de Presidencia (Segpres), Giorgio Jackson.
En una transmisión en vivo a través de la plataforma Twitch, Jackson se jactó de que "nuestra escala de valores y principios en torno a la política no solo dista del Gobierno anterior, sino que creo que frente a una generación que nos antecedió, que podía estar identificada con el mismo rango de espectro político, como la centro izquierda y la izquierda. Yo creo que estamos abordando los temas con menos eufemismo y con más franqueza".
La declaración del ex líder estudiantil le valió una ola de cuestionamientos provenientes del mundo político, por lo que salió al paso para aclarar sus dichos en una rueda de prensa desde la sede del Parlamento en Valparaíso.
El medio antes citado dio cuenta que la filtración del mensaje de Siches generó recriminaciones cruzadas en el grupo del comité político ampliado, dado que -se advirtió- así "se hace imposible tener un intercambio franco y fluido" y se pierde la "confianza" en el espacio. Los reparos también llegaron desde el gabinete de la ministra Siches y otros secretarios de Estado.
Desde el Gobierno, tanto el Presidente Gabriel Boric como diversos ministros se han distanciados de los dichos de Jackson; misma situación que en el Congreso, donde acusaron constantes dificultades por parte del líder de la Segpres para relacionarse con las diversas bancadas.
La senadora Yasna Provoste (DC) dijo que para arribar "a una estrategia de mínimos comunes uno tiene que tener una disposición genuina de querer colaborar y de concederle al otro la posibilidad de que pueda aportar. Y la verdad, con las declaraciones que hemos visto, de supuestas supremacías morales respecto de otros, es difícil que una agenda de mínimos comunes sea realmente posible de llevarse adelante".