La correcta aplicación de la reforma tributaria aparece como el principal desafío de Alberto Arenas, quien estará a la cabeza del Ministerio de Hacienda a partir del próximo 11 de marzo.
Así lo estiman economistas y analistas de mercado, quienes ponen foco en la actual desaceleración económica, que se da en paralelo a una baja inflación y desempleo, pero en un contexto de altas demandas sociales.
A tres semanas de dejar la conducción de la política fiscal, Felipe Larraín asegura que ya se ha contactado telefónicamente con quien será su sucesor y que trabaja en la coordinación del traspaso del mando.
Larraín y Arenas se reunirán personalmente, pero hasta ahora la fecha concreta no se ha definido: "Vamos a abordar todos los temas que sean necesarios para hacer una buena entrega del Ministerio, para que haya continuidad y para darle todas las facilidades que sean necesarias para la mejor instalación del nuevo Gobierno".
"A nosotros nos interesa que al nuevo Gobierno le vaya bien", aseguró el ministro de Piñera, quien en la última semana insistió en sus críticas a la reforma tributaria de Bachelet y llamó a cuidar la inversión.
Meses duros
Para el analista del grupo Nueva Economía Hernán Frigolett, en la reunión de ambos primará la "buena crianza" y "el ejercicio democrático" en el que el titular saliente quiere entregar la cartera "en términos de que está todo conforme y no hay ninguna irregularidad mayor".
"Eso es normal en cualquier régimen democrático, no reviste mayo trascendencia. El desafío es para el ministro entrante, que llega con un programa en el cual la reforma tributaria es uno de los ejes principales", apunta Frigolett.
En el aspecto técnico, el economista Alejandro Fernández, de Gemines Consultores, cree que al menos durante los primeros dos meses de gestión Arenas "va a tener un periodo bastante duro, bastante ajetreado".
"Ya está dicho es que su primera prioridad va a ser diseñar y enviar al Congreso la reforma tributaria, cosa de que se pueda enviar ese proyecto dentro de los 100 días o 90 días iniciales, y después (hay que) ir a defenderlo al Congreso y que salga rápido de ahí", señala Fernández.
Para el jefe del programa económico de la Fundación Chile 21, Eugenio Rivera, Alberto Arenas debe asumir desafíos que van más allá de aumentar la recaudación fiscal, como la dependencia del cobre, el manejo de un Presupuesto estrecho y las mayores demandas sociales.
"¿Cómo va a hacer el nuevo ministro de Hacienda frente a un presupuesto que parece más estrecho, que debe, por otra parte, enfrentar mayores demandas? Si se mantiene, por ejemplo, esta idea de seguir avanzando hacia el balance estructural, a mí me parece que el ministro va a estar en deuda, porque yo creo que es necesario eventualmente, incluso, enviar una nueva Ley de Presupuesto que adecúe el presupuesto a las prioridades de nuevo Gobiermo", advierte.
La mirada gremial
Desde la CUT, en tanto, su presidenta, Bárbara Figueroa, señala que el nuevo ministro no debe apartarse del program de Gobierno y debe incorporar a los trabajadores en la discusión del salario mínimo y el reajuste a los funcionarios públicos.
"Esperamos que el próximo Gobierno haya leído con toda la profundidad que se requiere el mensaje que la ciudadanía entregó: aquí hay que hacer cambios profundos en materia de institucionalidad laboral, no solamente hay que avanzar en buenos salarios: hay que validar a la organización sindical", dijo.
Roberto Fantuzzi, presidente de Asexma, pide cuidar el crecimiento económico y ayudar a delinear una política exportadora.
Tambipen cree necesario "trabajar en la calidad de la educación. Gratuidad puede ser –yo soy partidario de la gratuidad-, pero la calidad es clave, porque eso significa que el dinero que se ha obtenido a través de una reforma tributaria está bien invertido", indica.