El ahora ministro de Defensa realizó una evaluación de su desempeño en su antigua cartera.
Fue una gestión "franca" que enfrentó "el mayor desafío de orden público" desde el retorno a la democracia, dijo.
Una evaluación de su desempeño como ministro del Interior realizó Rodrigo Hinzpeter, a seis días de asumir como titular de Defensa tras el cambio de Gabinete vivido en La Moneda, catalogando su gestión en Interior como "franca" al mando de una cartera que calificó como "maravillosa" pero "desgastante".
"Interior es una cartera maravillosa, aunque muy desgastante. Está llena de desafíos y oportunidades, pero, más allá de ello, pienso que era conveniente concluir mi período. Un Gobierno es mucho más que la gestión de un ministro y no hay que mirar las cosas desde perspectivas individuales", señaló a El Mercurio.
El cambio en el ministerio del Interior fue atribuido por Hinzpeter a "razones de realismo político" y una decisión "correcta" del mandatario, tras constatar que "cumplió una etapa" en esa cartera, y ante los malos resultados obtenidos por la coalición derechista gobernante en las pasadas elecciones municipales, hito que a su juicio obligó al Presidente Sebastián Piñera a escuchar el "mensaje".
"Por la relevancia de esta cartera y por corresponderle a ella la jefatura del gabinete. No se puede decir 'escuché el mensaje' de la gente y que todo siga igual", explicó.
Hinzpeter reconoció además sentirse emocionado cuando Piñera alentó los aplausos para su persona en la ceremonia del cambio de Gabinete, momento en el cual recordó "tantos recorridos por el país, tantos ciudadanos que se conoce".
"Son emociones fuertes y reconozco que la duración e intensidad del aplauso me pilló por sorpresa. Ahora, en ese momento el sentimiento más arraigado fue el de agradecimiento al Presidente, por la oportunidad de servir", detalló.
"Carabineros y el Gobierno actuaron bien"
Hinzpeter asegura que son "millones de chilenos y chilenas" que le brindaron apoyo a su gestión, a pesar del cuestionamiento que recayó sobre su persona, y que considera "injusto" y "desmedido", luego del fracaso en el caso Bombas o por la represión denunciada en varias oportunidades desde el movimiento estudiantil.
"El promedio de aprobación ciudadana a mi labor fue de 57 por ciento. Allí se expresa un reconocimiento a una gestión que fue franca, que enfrentó sin cálculos un tema muy delicado y difícil como la delincuencia", complementó el ministro.
A su juicio las críticas respecto al manejo de las manifestaciones responden a que en 2011, año de más efervescencia social ligado a temas estudiantiles, ecológicos, del pueblo mapuche y de las regiones, le tocó enfrentar "el mayor desafío de orden público que haya debido afrontar un gobierno desde el regreso a la democracia".
"Creo que Carabineros y el Gobierno actuaron bien. Respetaron el derecho a manifestarse, que es un derecho humano y nunca dejaron de cuidar el derecho de otros ciudadanos a vivir en paz", puntualizó.
