El abogado Cristhian Urquieta, defensor del fallecido ex arzobispo Francisco José Cox, señaló a Cooperativa que éste vivió su último tiempo con una avanzada demencia senil, debido a la cual no era capaz de recordar los hechos ni las personas vinculadas con los abusos sexuales por los que estaba denunciado y que motivaron su expulsión del sacerdocio.
"Arrastraba problemas el padre (sic) hace ya mucho tiempo: una serie de enfermedades que gatillaron, finalmente, una falla multiorgánica y una insuficiencia respiratoria. Falleció en la madrugada (de ese martes). Tenía una demencia que lo aquejaba y una serie de cuadros que llevaron a este desenlace", dijo Urquieta a El Diario de Cooperativa, descartando que la muerte del ex religioso se haya debido al Covid-19.
Consultado sobre la situación específica de los abusos y la mirada de la opinión pública respecto a su defendido, Urquieta confidenció haber experimentado una "situación compleja y paradójica".
"Yo jamás pude obtener, desde su perspectiva, una versión de los hechos. Traté en reiteradas ocasiones de que me diera una versión, que recordara los hechos, hiciera una relación respecto a los mismos, a las acusaciones, las personas, pero nunca fue posible, porque era incapaz de construir un relato, no recordaba", sostuvo el letrado.
Cox "era incapaz, incluso, de sostener una conversación normal. En ese sentido, hay una cierta indefensión (de su parte), dada la demencia que lo afectaba, y que era importante. No tengo la opinión de él", enfatizó el defensor.
"No hay condena"
En octubre del año 2018, y tras una investigación realizada por la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, el propio papa Francisco decretó la dimisión del estado clerical de Francisco Cox, en aplicación del Artículo 21 del motu proprio "Sacramentorum Sanctitatis Tutela", como consecuencia de actos manifiestos de abusos contra menores.
No obstante, esta sentencia de la justicia canónica corre por un carril distinto al de la justicia penal en Chile, donde, con su fallecimiento, Cox queda sobreseído, sin condena.
"Aquí no hay una condena; hay una acusación particular de una persona, querellas, pero no hay pronunciamiento de la Justicia y tampoco lo va a haber. (Francisco Cox) queda sobreseído; se paraliza, no continúa la persecución penal a su respecto", explicó el abogado.
"Judicialmente, hay causas en el sistema antiguo, con ministro de fuero. Tenemos que pedir el sobreseimiento ahí y también en Fiscalía el sobreseimiento respectivo... La responsabilidad penal o la responsabilidad personal se extingue al fallecer la persona, entonces, las investigaciones que hay contra él -porque son investigaciones, no está formalizado ni acusado (formalmente en tribunales); hay denuncias, eventualmente querellas, pero no formulación de cargos- terminan, se sobresee y la causa se paraliza", enfatizó Cristhian Urquieta.