El Arzobispado de Santiago negó a través de una declaración pública un presunto encubrimiento de la Iglesia tras los casos de abuso sexual por los cuales fue acusado el ex párroco de El Bosque Fernando Karadima.
En el documento, la Iglesia junto con "reafirmar su compromiso esencial con las víctimas y la verdad" remarca que "ninguno de los antecedentes aportados por los demandantes es prueba de encubrimiento de los abusos sexuales de Karadima y creemos que así se concluirá en el juicio ante el ministro Señor Muñoz".
En el comunicado se aclara que "la carta dirigida por el cardenal Errázuriz a Karadima el año 2006 (cuatro años antes de la condena eclesiástica y cinco años antes del fallo de la ministra González) tenía por único objeto persuadir a Karadima de que abandonara el cargo de párroco al cumplir los 75 años de edad, en conformidad a la norma canónica".
"En ese momento, el cardenal Errázuriz aún no contaba con los antecedentes que le permitieran confirmar la veracidad de las denuncias, por lo que la salida del cargo de párroco estuvo motivada por sus 75 años. No hay encubrimiento alguno", añade la declaración.
Carta dirigida a Diego Ossa
Sobre la carta a Diego Ossa, el Arzobispado explica que "tuvo por único objeto reprocharle al padre Ossa que haya sido él mismo quien haya salido a defenderse y no lo hiciera su abogado, lo que era más adecuado. Es muy importante tener presente que a esa fecha, julio del año 2010, el cardenal ya había concluido la investigación y enviado los antecedentes a Roma".
"Por consiguiente, sería contradictorio que, por un lado el cardenal Errázuriz estuviera pidiendo la sanción a Karadima y, al mismo tiempo, por el otro lado, encubriendo sus abusos", remarca la declaración pública.
El Arzobispado insite que "el cardenal Ezzati no ha ofrecido jamás una compensación simbólica a los demandantes" y precisa que "durante el año pasado trabajamos intensamente con los demandantes, durante meses, con el propósito firme de llegar a un avenimiento. Sin embargo, finalmente nos confirmaron su deseo de no continuar las conversaciones".
Reconocimiento a las víctimas
En el documento, el Arzobispado realiza un "reconocimiento" a los querellantes en este caso "por el aporte que realizaron con sus denuncias, las que permitieron que el tema fuera conocido por la Iglesia y la sociedad chilena, lo que condujo a comprobar los abusos y sancionarlos".
"El cardenal Ricardo Ezzati, en cuanto asumió el gobierno de la Arquidiócesis, les pidió perdón y les ha manifestado su comprensión por el dolor que les provocó el tiempo que requirió la investigación para comprobar los delitos y el haber sentido que su Iglesia no les acompañó como ellos esperaban", añade la declaración.
El documento finaliza diciendo que "el Arzobispado reafirma su compromiso para que hechos tan dolorosos como éstos no se repitan nunca más en la Iglesia".