Durante la mañana de este martes el papa Francisco dispuso que un alto funcionario de la Congregación para la Doctrina de la Fe viaje a Chile y se reúna con quienes tienen información sobre el presunto encubrimiento de los abusos del cura Fernando Karadima por parte del obispo de Osorno, Juan Barros, tema que marcó las polémicas en la reciente visita del pontífice a nuestro país.
Para esto, el Vaticano enviará al arzobispo de Malta, Charles J. Scicluna, quien es destacado como el "hombre símbolo" en la lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia Católica y definido como una autoridad con "mano dura" en el tema.
De padres malteses, pero nacido en Toronto, Scicluna, de 58 años, es licenciado en Teología Sagrada y titulado en Derecho Civil de, además de doctor en derecho canónico de la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma.
Dentro de su vasta experiencia en casos de este tipo, resalta que en 2005 fue designado por Benedicto XVI para investigar las múltiples acusaciones de abuso sexual contra el fundador de los Legionarios de Cristo, el mexicano Marcial Maciel -un año después el pontífice cerró la indagatoria por su avanzada edad y lo envió a retiro-.
Cinco años después estuvo a cargo de construir las normas universales que extendieron el estatuto de limitación de la Iglesia para reportar casos de abuso sexual.
En 2015 fue nombrado por Francisco como arzobispo de Malta y actualmente también es el "promotor de justicia" de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo que en la práctica significa que es el fiscal que investiga los delitos considerados más graves por el Vaticano: contra la Eucaristía, contra la santidad del sacramento de la penitencia y el delito contra el sexto mandamiento ("No cometerás actos impuros"), por parte de un clérigo con un menor de 18 años.
La situación del obispo Barros fue el principal foco de los cuestionamientos al papa Francisco en su reciente visita a Chile. (Foto: ATON/Archivo)
Más de tres mil casos investigados
En 2010, en una entrevista con el medio oficial de la Santa Sede, detalló que para ese entonces, "en los últimos nueves años, hemos evaluado las acusaciones referidas a unos 3.000 casos de sacerdotes diocesanos y religiosos que remiten a delitos cometidos en los últimos cincuenta años".
Eso sí, aclaró que "no es correcto" definir a todos esos acusados como "pedófilos": "En el 60 por ciento de esos casos se trata más que nada de actos de 'efebofilia', debidos a la atracción sexual por adolescentes del mismo sexo; en otro 30 por ciento de relaciones heterosexuales y en el 10 por ciento de verdaderos y auténticos actos de pedofilia".
"Podemos decir que en el 20 por ciento de los casos (en general) se ha celebrado un verdadero y propio proceso penal o administrativo, que normalmente ha tenido lugar en las diócesis de procedencia –siempre bajo nuestra supervisión-, y sólo muy rara vez aquí en Roma", apuntó Scicluna, mientras que "en el 60 por ciento de los casos, sobre todo debido a la edad avanzada de los acusados, no hubo proceso, pero se aplicaron contra ellos medidas administrativas y disciplinarias", como ocurrió con Marcial Maciel.
Podrá interrogar a Barros o a Karadima
En Chile Scicluna tendrá completa potestad para interrogar a Barros o, incluso, al mismo Karadima en caso de lo estime necesario, precisó el vocero de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro.
Por ahora "no hay claridad sobre los tiempos" en que llegará ni cuánto estará en el país, pero sí está claro que "va a escuchar a quienes han manifestado la voluntad de dar a conocer elementos que poseen en torno a la situación del obispo de Osorno, Juan Barros", comentó.
"Él viene a conocer elementos que poseen personas en torno a la situación del actual obispo de Osorno. Si en esas declaraciones surgieran antecedentes sobre otras situaciones posiblemente constitutivas de delitos, muy probablemente Scicluna será quien determine los pasos a seguir sobre otras personas eventualmente mencionadas", subrayó Coiro.
De momento, las víctimas de Karadima decidieron no emitir comentarios.