El nuevo arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, reconoció los abusos sexuales y de conciencia cometidos por el exsacerdote Fernando Karadima en contra de menores de edad, años después de que las víctimas lo acusaran de encubrir aquellos delitos.
El religioso fue consultado sobre el caso mientras abandonaba la Arquidiócesis de Concepción, que lideró por 12 años hasta que el papa Francisco lo designó para reemplazar a Celestino Aós en la capital.
Mientras la causa seguía abierta, el denunciante Juan Carlos Cruz afirmó que Chomalí era parte de una "mafia" de obispos que ocultó los abusos del fallecido expárroco de El Bosque, apuntando también a Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati, entre otros.
"Eso ya está juzgado", subrayó el arzobispo de Santiago este miércoles, relevando que "Karadima es un abusador, hizo un daño inmenso; espero que las cosas estén mejor y mirar para adelante, pero evidentemente ellos (los denunciantes) merecen todo el reconocimiento por la labor que hicieron, y eso ellos lo saben".
"No es mucho más lo que puedo hacer, pero por cierto que el daño que él hizo ha sido bien complicado", insistió.
Hablando en representación de la Iglesia Católica, afirmó que "tenemos una actitud muy clara: no hay espacio para los abusos y vamos a seguir en eso, pero es una línea de la Iglesia en todo el mundo".
Por otro lado, ante los habitantes de Concepción, afirmó que que "si algo no hice bien, si ofendí a alguien, pido perdón por eso cien veces, y creo que esa es la actitud que corresponde".
La última gran eucaristía pública que Chomalí va a oficiar en el Biobío será el próximo 1 de noviembre en el Santuario de San Sebastián, en la comuna de Yumbel, donde va a presidir dicha misa al aire libre.