El sacerdote de Osorno Peter Kliegel, quien se entrevistó el miércoles con Jordi Bertomeu, a cargo -por petición del papa Francisco, en reemplazo de Charles Scicluna- de la investigación sobre las acusaciones en contra del obispo Juan Barros, valoró que por primera vez se comprenda lo crítico del caso.
En diálogo con El Diario de Cooperativa, el religioso de origen alemán e hijo ilustre de la ciudad de la Región de Los Lagos se refirió al proceso de toma de testimonios que lleva adelante el Vaticano a raíz de las denuncias contra Barros de encubrir los abusos sexuales del ex párroco de El Bosque Fernando Karadima.
"Tengo la impresión de que es la primera vez que se comprende de verdad la situación crítica (en torno al caso) y se ve con mucha claridad la importancia y la urgencia de una pronta solución", sostuvo Kliegel, remarcando que "ya no se puede prolongar una respuesta satisfactoria en el marco humano y pastoral. Esto exige la dignidad humana".
El sacerdote planteó que la feligresía de Osorno, que calificó como "totalmente desunida", "va a ser siempre una comunidad fiel a su fe, pero la inquietud es grande, porque necesitamos paz, y sin paz uno no puede realmente celebrar la eucaristía, no podemos darnos la paz, y entonces necesitamos buscar elperdón mutuo, pero con claras consecuencias".
El clérigo también dijo estar "convencido" de que la información entregada previamente al papa Francisco "ha sido unilateral" y causó "un daño innecesario", como quedó reflejado en la calificación de "tontos y zurdos" que hizo el pontífice a quienes, en Osorno, se oponen a la figura de Juan Barros, o la defensa que realizó en Iquique en el último día de su visita a Chile en enero.
"Cuando uno no es franco, sincero, frente a situaciones super incómodas, entonces viene un golpe peor, y esto creo que la Iglesia lo aprendió en nuestro país (...) No hay que tapar nada, hay que ser muy abierto y directo. Un error es un error y hay que reconocerlo y ser consecuente con los resultados. Eso nos ha costado un poco, y hay que enmendar sencillamente faltas que se cometieron", apuntó.
Asimismo, dijo estar "convencido" de que la Iglesia chilena "cometió muchos errores porque no lideró bien" y tiene que pedir perdón "en todos los casos".
El proceso se inició el pasado martes y actualmente es encabezado por Bertomeu, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, luego de que Charles Scicluna, arzobispo de Malta, fuera operado de urgencia durante la jornada del miércoles.
Scicluna deberá entregar un informe al papa Francisco, quien decidirá si abre un proceso contra Barros.
